Biden se desmarca de Sanders tras ganar las primarias demócratas en Michigan

El senador izquierdista Bernie Sanders no ha podido repetir su victoria de hace cuatro años en Michigan, estado clave que este martes ha allanado el camino al exvicepresidente Joe Biden como el probable candidato demócrata a la Casa Blanca.

En concreto, Biden se ha impuesto con el 53 % en Michigan, frente al 38 % de Sanders, que en los últimos días había cancelado eventos de campaña en otros estados. El que fuera vicepresidente de Barack Obama (2009-2017) también ha ganado en Misuri con un 60 % y en Misisipi con el 81 %. En los otros tres estados convocados a las urnas -Washington, Idaho y Dakota del Norte- aún no se conoce el ganador.

Priorities USA, la mayor organización recaudadora de fondos para los demócratas a nivel nacional, ha puesto su maquinaria al servicio de Biden, al considerar que "las matemáticas ahora son claras" y que las primarias están vistas para sentencia.

Desde el aparato demócrata, voces como la del congresista Jim Clyburn, cuyo apoyo fue vital para la abrumadora victoria de Biden en Carolina del Sur, ha instado al partido a que intervenga para "acabar con las primarias" y que cancele los debates que vienen.

Tras los resultados de este martes, Biden lidera el recuento de delegados frente a Sanders 817 a 659, todavía lejos de los 1.991 necesarios para erigirse en el candidato del partido durante la convención demócrata de julio, pero con un cómodo colchón sobre el senador izquierdista.

En caso de que Sanders decida seguir en la contienda, él y Biden están convocados el domingo para un debate cara a cara que tendrá lugar en Phoenix (Arizona), previo a las primarias del próximo martes en Florida, Ohio, Illinois y la misma Arizona.

Será el primer cara a cara entre los dos candidatos tras los diez debates de los últimos meses, en los que todavía habían participado las senadoras Elizabeth Warren y Amy Klobuchar, el exalcalde Pete Buttigieg o el multimillonario Michael Bloomberg entre muchos otros.

También será el primer debate sin público, dado que el partido ha decidido tomar precauciones frente a la epidemia de coronavirus, que en Estados Unidos suma ya cerca de 1.000 casos y 30 fallecidos.