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operación policial global

800 detenidos en la mayor operación de la historia contra el crimen encriptado

Cuerpos policiales del mundo entero han colaborado en la operación. La estrategia se ha basado en crear una app supuestamente 'segura' para atraer a los criminales y acceder así a sus comunicaciones.

Primer ministro de Australia Scott Morrison y el portavoz de la Policía Federal de Australia. EFE
Primer ministro de Australia Scott Morrison y el portavoz de la Policía Federal de Australia.
Primer ministro de Australia Scott Morrison y el portavoz de la Policía Federal de Australia. EFE

O.P. | EITB MEDIA

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Euskaraz irakurri: 800 atxilotu enkriptatutako krimenaren aurkako inoizko operazio handienean

¿Cómo acceder a los mensajes entre criminales de bandas organizadas? Ofreciéndoles un soporte de comunicación aparentemente ‘seguro’ para ello. Esa ha sido la estrategia ‘trampa’ que ha permitido poder llevar a cabo la mayor operación policial de la historia contra la comunicación cifrada.

En los últimos días se han llevado a cabo una serie de acciones policiales a gran escala en 16 países que han resultado en más de 700 registros domiciliarios, más de 800 detenciones y la incautación de más de 8 toneladas de cocaína, 22 toneladas de cannabis y resina de cannabis, 2 toneladas de drogas sintéticas (anfetamina y metanfetamina), 6 toneladas de precursores de drogas sintéticas, 250 armas de fuego, 55 vehículos de lujo y más de $ 48 millones en diversas monedas y criptomonedas a nivel mundial.

La operación conocida como OTF Greenlight / Trojan Shield  ha sido una macro-operación coordinada a nivel mundial, donde han participado la Oficina Federal de Investigaciones de los EE. UU. (FBI), la Policía Nacional Holandesa (Politie) y la Autoridad de Policía Sueca (Polisen), en cooperación con la Administración de Control de Drogas de EE. UU. (DEA) y otros 16 países: Australia, Austria, Canadá, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Alemania, Hungría, Lituania, Nueva Zelanda, Holanda, Noruega, Suecia, Reino Unido, (Escocia) y Estados Unidos.

La estrategia ha consistido en desarrollar y ofrecer un dispositivo encriptado con características buscadas por las redes del crimen organizado, como borrado remoto y contraseñas de coacción, para persuadir a las redes criminales para que cambien al dispositivo.

Desde 2019, la Oficina Federal de Investigaciones de EE. UU., en estrecha coordinación con la Policía Federal de Australia, desarrolló estratégicamente y operó de manera encubierta una empresa de dispositivos cifrados, llamada ANOM, un producto accesible en el mercado negro, que creció para dar servicio a más de 12 000 dispositivos cifrados a más de 300 organizaciones criminales que operan en más más de 100 países, incluido el crimen organizado italiano, las bandas de motociclistas fuera de la ley y las organizaciones internacionales de tráfico de drogas. 

El objetivo de la nueva plataforma era apuntar al crimen organizado global, el narcotráfico y las organizaciones de lavado de dinero, independientemente de dónde operaran.

Mediante esta ‘trampa’ han podido acceder a las conversaciones y discusiones que las y los usuarios criminales mantenían en ANOM, obteniendo 27 millones de mensajes, que han sido analizados durante 18 meses por el FBI y los otros 16 países de la coalición internacional, apoyados por Europol y en coordinación con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos.

Balance en cifras de la operación policial

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