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Análisis internacional
El referéndum de Assad
La oposición y la mayoría de los gobiernos extranjeros han rechazado este referéndum. Lo que busca Assad con este plebiscito es solo cubrir las espaldas de Rusia y China, sus principales aliados.
Redacción
El presidente de Siria, Bashar El Assad, o se equivoca de país o se equivoca de fecha. Cree que está todavía en un país normal, pero en algunas regiones de Siria se está viviendo una guerra civil.
Cree que está en febrero de 2011, pero ya es 2012. Si hace un año, justo al empezar las protestas en Siria, Assad hubiera convocado un referéndum constitucional como el que se celebró ayer, quizá habría seguido en el poder sin tantas tensiones y el país se habría ahorrado una guerra.
Ahora es demasiado tarde. El referéndum se convocó a toda prisa, hace diez días, y además con duros combates en varias ciudades del país, así que no ha habido debate sobre su contenido. Hay algunos aspectos interesantes, como la posibilidad de que se formen nuevos partidos, además del oficial Baas, y la limitación del mandato del presidente a dos periodos de siete años.
Son pequeñas reformas, como las que hicieron Mohamed VI de Marruecos y Abdalá II de Jordania en cuanto vieron asomar las orejas al lobo, y a ellos parece que les ha valido. No es probable que sea así en el caso de Assad. La oposición y la mayoría de los gobiernos extranjeros han rechazado este referéndum. Lo que busca Assad con este plebiscito es únicamente cubrir las espaldas de Rusia y China, sus principales aliados. Así, Moscú y Pekín podrán justificar el apoyo que dan a Assad diciendo que éste ya hace esfuerzos por democratizarse.