Internacional -
Análisis
El desencuentro entre alemanes y griegos
La imagen de que los griegos son unos vagos está calando día a día en Alemania. Y, mientras tanto, entre los griegos se extiende la idea de que los alemanes son unos vampiros.
Jesús Torquemada
El Parlamento alemán votó ayer a favor del nuevo rescate a Grecia y, por lo tanto, de que Alemania ponga más dinero para ese fondo. El resultado salió por una mayoría amplia, pero con un matiz político importante: mientras los socialdemócratas, en la oposición, votaron en bloque a favor, en la coalición gubernamental quince diputados democristianos y cinco liberales votaron en contra.
Eso evidencia dos cosas: que la canciller, Angela Merkel, tiene dificultades para mantener la disciplina interna, y que en la derecha alemana aumentan los que defienden dejar caer a Grecia. Aún resuenan las declaraciones hechas el pasado sábado por el ministro del Interior, Hans-Peter Friedrich, quien dijo que Grecia se recuperará mejor fuera del euro y que hay que forzar a los griegos a salirse de la moneda única. Friedrich votó finalmente a favor del rescate, pero cada vez son más en Alemania los que piensan como Friedrich.
La prensa sensacionalista alemana, con el diario Bild a la cabeza, está haciendo una furibunda campaña contra Grecia. La imagen de que los griegos son unos vagos que se comen todo el dinero que les prestan los alemanes está calando día a día. Y, mientras tanto, entre los griegos se extiende la idea de que los alemanes son unos vampiros que les chupan la sangre. Esto va mal; si no se consigue enderezar el rumbo, al final el euro, concebido como un instrumento de unidad, se va a convertir en una bomba de relojería para la Unión Europea.