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Artículo sobre Donostia

El Telegraph se pone el delantal para bucear en la cocina vasca

Xanthe Clay, columnista gastronómica en el diario, ha visitado Donostia; más allá de ir de pintxos, ha querido descubrir los secretos de nuestra gastronomía, desde la base.

E. Arzuaga | eitb.eus

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¿Es Donostia-San Sebastián la meca para los amantes de la cocina?. En torno a esta idea gira última publicación de Xanthe Clay, columnista gastronómica en el diario Telegraph, que destaca que la capital guipuzcoana cuenta con más estrellas Michelín per cápita que cualquier otro lugar en el mundo; además, y esto no es nuevo, subraya la calidad de los ya internacionalmente mencionados bares de pintxos.

No hay duda de que la gastronomía vasca se ha hecho un hueco en la prensa internacional, y son muchas las ocasiones en las que se ha ensalzado nuestra cocina en medios internacionales. De hecho, el New York Times ha hablado en alguna ocasión sobre el txakoli, y ha alabado la gastronomía de Hondarribia. En la propia Donostia, la calle 31 de agosto ha sido citada como una de las mejores del mundo.

Ahora, sin embargo, la tendencia va un paso más allá, y los profesionales que nos visitan no se limitan a degustar. Sin ir más lejos, el Telegraph se ha puesto el delantal para conocer nuestra cultura gastronómica, desde su base. Para ello, Xanthe Clay ha optado por la escuela de cocina de San Sebastian Food, ubicada en el emblemático Hotel María Cristina, donde ofrecen la opción de formar parte de un club de degustación, y apuntarse a cursos de cocina. La iniciativa lleva en marcha ya 6 años y suscita el interés de blogeros y periodistas vinculados con el mundo de la gastronomía, según nos explican en San Sebastián Food.

En su artículo, Clay explica que la clase arrancó con una visita al mercado de La Bretxa, donde, entre otras cosas, les hablaron de los tomates de la costa de Getaria. También hablaron sobre alubias, entre ellas las de Tolosa, ''que cuestan tres veces más, pero se cocinarán a un color burdeos profundo y no se romperán''. Hablar con carniceros y visitar pescaderías también es parte de la ruta. Entre otras cosas, Clay aprendió qué son las kokotxas y que ''el mejor rape tiene color rosa pálido''.

De vuelta a la escuela de cocina, tocaba ponerse a trabajar en el menú: espárragos, carne, txipirones en su tinta y pantxineta, entre otros. ''Cortamos los pimientos del piquillo, cebolla y pimiento verde para hacer un aderezo con los colores de la bandera vasca'', cuenta la columnista.

Finalmente, llegó la hora de sentarse a la mesa. ''Nos dimos un banquete y, quizás lo más importante, al más puro estilo vasco, hablamos'', destaca Clay. Porque, tal y como les explicó la guía, el apego a la alimentación no se centra solo en ir a restaurantes: ''Comemos porque es una forma de socializar".

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