Sociedad -
La otra cara de la Navidad
Casi dos millones de abetos perecen en Navidad
Tras las Navidades los árboles son recogidos por los ayuntamientos para una supuesta replantación que pocas veces se produce.
Redacción
Tener un árbol de Navidad en casa se ha convertido en una costumbre muy extendida que deja, tras las fiestas, casi dos millones de abetos a los que les costará mucho sobrevivir y adaptarse a un nuevo clima.
Desde viveros de Navarra y Girona, principalmente, miles de estos abetos son arrancados del suelo cada año y trasplantados a una maceta en el mes de noviembre, en espera de ser trasladados a las grandes ciudades donde se venden como ornamento navideño.
Tras estar preparados para afrontar un invierno frío y húmedo en la zona norte de España, los árboles pasan un mes dentro de las casas, con un clima primaveral, sin luz, sin humedad y cerca, por lo general, de la calefacción. Cuando las fiestas llegan a su fin el árbol pierde su sentido en las casas y la mayoría son recogidos por los ayuntamientos para una supuesta replantación que pocas veces se produce.
Este tratamiento de choque los afecta "enormemente" y les deja "muy dañados", ha explicado el conservador de plantas del Real Jardín Botánico de Madrid, Mariano Sánchez, que añade que lo que se recupera finalmente es un árbol "casi muerto".