Sociedad -
Operación antidroga
Desmantelado el mayor laboratorio de interior de cultivo de marihuana de Navarra
Hay tres detenidos y otros dos imputados, así como casi 6.000 plantas incautadas. Se esperan nuevas detenciones.
Agencias | Redacción
Euskaraz irakurri: Nafarroan inoiz atzemandako barrualdeko marihuana sail handiena desegin dute
La Policía Nacional ha detenido a tres personas, imputado a otras dos y desmantelado el mayor laboratorio "indoor" de cultivo de marihuana localizado hasta ahora en Navarra, en el que se han incautado de 5.830 plantas.
Para el delegado del Gobierno español en la comunidad foral, José Luis Arasti, "no estamos hablando de principiantes sino de personas que sabían muy bien lo que hacían".
El jefe superior de Policía, Francisco López Canedo, ha destacado por su parte que la operación "Quijote", dirigida por el juzgado de Instrucción 3 de Pamplona, continúa abierta y esperan poder practicar nuevas detenciones de personas con mayores responsabilidades.
Alto nivel de sofisticación
El laboratorio era similar a un búnker construido dentro de una nave de 400 metros cuadrados ubicada en un polígono industrial muy cerca de Pamplona, de forma que desde el exterior no se podían percibir ni ruidos, ni luz, ni olor y así resultaba "prácticamente indetectable". Se calcula que en la instalación se habían invertido alrededor de 60.000 euros y que se puso en marcha en julio.
En él se había cavado un túnel de tres metros para hacer una conexión con la red eléctrica y así no pagar la luz, y también se había conectado con el hidrante de la extinción de incendios para no pagar el agua.
"Era una auténtica fábrica de producción ininterrumpida" de marihuana, ha afirmado el jefe superior, que ha calculado que podían alcanzar cuatro cosechas anuales con un valor de entre 2,4 y 4 millones de euros según la forma de distribución.
Los tres hombres detenidos están ya en prisión. Se trata del encargado, con antecedentes por tráfico de drogas, y de dos hombres, uno en situación administrativa irregular y el otro llegado al Estado recientemente. Ambos tenía la misión de vigilar y guardar el laboratorio y lo hacían en condiciones "de precariedad e incluso de explotación", ya que cobraban 100 euros y vivían en la nave, donde había unos camastros, comida "de supervivencia" y una fosa séptica.
De los imputados ha comentado que son una mujer y un vecino de Pamplona que se encuentra en la cárcel de Toledo por otros asuntos y posee importantes conocimientos de electricidad.