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Tudela
El jurado del crimen de Yanza en Tudela declara culpables a los tres acusados
Así, dos de ellos han sido condenados a 13 años de cárcel, y la tercera a 11. Ocurrió en Tudela en noviembre de 2016.
Agencias | Redacción
Euskaraz irakurri: Yanzaren aurkako krimenaren epaimahaiak erruduntzat jo ditu hiru akusatuak
El jurado popular que ha enjuiciado el estrangulamiento en noviembre de 2016 en Tudela de Wilson Alejandro Yanza Heredia, de 33 años y de nacionalidad ecuatoriana, ha declarado a los tres acusados culpables de un delito de homicidio al considerar probado que siguieron un "plan urdido" para matarle.
Tras el veredicto del jurado, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, el Ministerio Fiscal ha solicitado al magistrado presidente que imponga a los tres procesados (la esposa de la víctima y dos sobrinos de ésta) 13 años de prisión para dos de ellos (la esposa y el sobrino que perpetró el estrangulamiento) y 11 años para la sobrina.
Los miembros del jurado han observado en la conducta de la sobrina una atenuante, al apreciar la existencia de un trastorno mixto de la personalidad con marcados rasgos dependientes que, en situaciones estresantes, merman su capacidad de respuesta, informa el TSJN en un comunicado.
La defensa de la esposa de la víctima, la acusada Irene de Fátima Sabino, ha solicitado una pena de 10 años, la misma que la requerida por el letrado del autor material del crimen, Ronaldo Dias Camargo, sobrino de la anterior. Por su parte, el abogado de la tercera inculpada, Rozilene de Fátima Camargo, ha reclamado una pena de 5 años de prisión.
2 de noviembre de 2016
El crimen se perpetró el 2 de noviembre de 2016 en una vivienda de Tudela. El jurado ha declarado probado que, siguiendo el plan urdido, Ronaldo Dias Camargo, aprovechando que Wilson Alejandro Yanza estaba en pie, le agarró fuertemente por la espalda y le estranguló con su antebrazo oprimiéndole el cuello durante entre dos y cinco minutos.
Posteriormente, los tres encausados se dirigieron por carreteras secundarias y caminos hasta una explanada de gravilla a orillas del río Ebro, situada en las cercanías de la Empresa Hidroeléctrica del Cantábrico, en el municipio de Castejón, donde arrojaron el cadáver al río.