Sociedad -
Miami, EE.UU.
El juez aplaza la decisión sobre la pena de muerte de Pablo Ibar
El magistrado ha dicho que necesita tiempo para analizar con profundidad las pruebas presentadas. La defensa ha presentado un recurso alegando que su cliente "no tuvo un juicio justo".
Redacción
La Justicia de Estados Unidos ha aplazado hasta noviembre próximo su pronunciamiento sobre ratificar o anular la condena a muerte del español Pablo Ibar, impuesta en el año 2000 por tres asesinatos cometidos en 1994 en Florida.
El juez del caso, Jeffrey R. Levenson, ha dicho en una breve vista judicial en un tribunal de Fort Lauderdale (al norte de Miami) que necesita tiempo para analizar con profundidad las pruebas presentadas y que para ello requerirá aproximadamente unos dos meses.
El abogado de Ibar, Benjamin Waxman, ha presentado un recursoalegando que su cliente "no tuvo un juicio justo".
La condena a muerte fue impuesta en 2000, tras un juicio declarado nulo en 1998, y desde entonces Ibar está en el corredor de la muerte del penal de Raiford, en Starke (norte de Florida), condenado por un triple asesinato en una residencia de la localidad de Miramar que fue grabado por una cámara de seguridad.
El abogado de Ibar ha defendido siempre que las pruebas presentadas en revisiones posteriores han sido lo suficientemente contundentes como para que se hubiera anulado la condena de Ibar, que tiene la doble nacionalidad española y estadounidense.
El condenado ha mantenido categóricamente su inocencia desde el día en que fue identificado como sospechoso, sin que ninguna prueba física le conecte con el asesinato de Casimir Sucharsky, dueño de un club nocturno, y dos mujeres, Sharon Anderson y Marie Rodgers.
Si el fallo es favorable a los argumentos de la defensa de Ibar, es probable que el Estado apele ante una instancia superior como el Tribunal Supremo de Florida o de Estados Unidos.
Uno de los principales ejes argumentales de la defensa es la declaración de un experto que en 2009 afirmó que las imágenes del vídeo que captó el asesinato eran "granuladas y borrosas" y la calidad de la grabación pobre, por lo que no era posible concluir que el asesino e Ibar fueran la misma persona.
Además, las huellas dactilares recogidas en el lugar del crimen no coinciden con las de Ibar, como tampoco las muestras de pelo, ni las de ADN que han sido examinadas.