Condenan un soldado por robar a dos compañeros en el cuartel de Loiola

Un soldado ha sido condenado a penas que suman siete meses de cárcel y siete días de localización permanente por robar distintos efectos a dos de sus compañeros mientras ambos dormían en el cuartel donostiarra de Loiola.

Según la sentencia del caso, los hechos ocurrieron la madrugada del 3 de julio de 2010, cuando el procesado, "aprovechando que los soldados del acuartelamiento se hallaban dormidos", se apoderó de los efectos de uno de sus compañeros, al que sustrajo un ordenador portátil y una tarjeta de crédito entre otras pertenencias personales valoradas en más de 400 euros.

Asimismo, el encausado se apropió de 720 euros en metálico, una medalla de la OTAN, un parche de Afganistán, una consola y un videojuego pertenecientes a otro soldado, cuyo valor estimado también superaba los 400 euros.

A la mañana siguiente, el inculpado abandonó el cuartel y acudió a un cajero automático del que extrajo 70 euros con la tarjeta de crédito sustraída, aprovechando que en el reverso estaba apuntada su clave de seguridad.La sentencia considera al procesado responsable de un delito de hurto y de una falta de estafa por los que impone al acusado siete meses de cárcel y siete días de localización permanente, y le obliga a compensar económicamente a sus víctimas por los objetos robados que no pudieron ser recuperados, así como a indemnizarles por las pertenencias que resultaron dañadas.

Un soldado ha sido condenado a penas que suman siete meses de cárcel y siete días de localización permanente por robar distintos efectos a dos de sus compañeros mientras ambos dormían en el cuartel donostiarra de Loiola.Según la sentencia del caso, los hechos ocurrieron la madrugada del 3 de julio de 2010, cuando el procesado, "aprovechando que los soldados del acuartelamiento se hallaban dormidos", se apoderó de los efectos de uno de sus compañeros, al que sustrajo un ordenador portátil y una tarjeta de crédito entre otras pertenencias personales valoradas en más de 400 euros.Asimismo, el encausado se apropió de 720 euros en metálico, una medalla de la OTAN, un parche de Afganistán, una consola y un videojuego pertenecientes a otro soldado, cuyo valor estimado también superaba los 400 euros.A la mañana siguiente, el inculpado abandonó el cuartel y acudió a un cajero automático del que extrajo 70 euros con la tarjeta de crédito sustraída, aprovechando que en el reverso estaba apuntada su clave de seguridad. La sentencia considera al procesado responsable de un delito de hurto y de una falta de estafa por los que impone al acusado siete meses de cárcel y siete días de localización permanente, y le obliga a compensar económicamente a sus víctimas por los objetos robados que no pudieron ser recuperados, así como a indemnizarles por las pertenencias que resultaron dañadas.