Esparce mis cenizas, pero no cierres mi Facebook

Varios meses después de que Kim, una mujer estadounidense residente en Los Ángeles, muriera de una larga enfermedad incurable, muchos de sus amigos continúan visitando su perfil personal de Facebook y dejando mensajes todas las semanas de igual manera que lo habrían hecho si ella continuara viva.

"Te echo muchísimo de menos, cielo", dice su hermano en uno de los mensajes de su Muro. "Steve y yo estuvimos hablando sobre ti anoche. Fuimos a una fiesta y nos acordamos de todas las fiestas que compartimos contigo. Te queremos tanto", le dice en el siguiente mensaje Margaret, una de sus vecinas.

Facebook, un tsunami de las redes sociales, se ha extendido en apenas seis años de la habitación de la residencia de Harvard de su fundador, Marck Zuckerberg, hasta abarcar a casi 500 millones de usuarios, una cifra equivalente a la población del tercer país más poblado del planeta. Su impacto ha cambiado no solo el modo en el que vivimos nuestra rutina diaria, sino también el modo en el que afrontamos la muerte.

Cada vez más personas hoy en día incluyen en las últimas peticiones a sus familiares que dejen su perfil de Facebook activo. El Muro de la persona fallecida permanece visible dando la oportunidad a sus amigos virtuales a que dejen mensajes de recuerdo.

La propia red social ha notado esta tendencia y ha hecho algo al respecto. ¿Qué hacemos con los perfiles de la gente que ha muerto? Facebook ha decidido conservar para la posteridad sus perfiles si la familia así lo desea.

Cuando alguien fallece, sus familiares o amigos contactan con Facebook y piden que se conserve su perfil. Una vez la petición se acepta, el perfil del usuario deja de aparecer en las sugerencias de Facebook y la información de su estado no aparecerá más en la sección Últimas Noticias.

Este paso también esconde cierta información sensible y crea la configuración necesaria para que solo sus amigos puedan ver su perfil o encontrarlo en una búsqueda. Su Muro permanece activo para que sus amigos y familiares puedan dejar comentarios en su recuerdo. Si los familiares prefieren que el perfil no permanezca como un homenaje póstumo, Facebook ofrece la posibilidad de borrar el perfil completamente.

Para Igor San Román, miembro fundador de SocSoft, Facebook no solo ha cambiado nuestra habilidad de interactuar con nuestros amigos, sino que también nos permite recordar y homenajear a las personas fallecidas.

"Se abre una nueva oportunidad de recordar a nuestros seres queridos ya desaparecidos, añadiendo el factor de que la red tiene memoria y que dichos recordatorios quedarán grabados para siempre," explica Igor San Román.

"Es una forma más de honrar a una persona fallecida, como una esquela, pero colaborativa", opina José Antonio del Moral, manager de Alianzo.

Industria de la "vida digital"

"Muerte 2.0," "perfiles digitales conmemorativos," "cementerios virtuales" y "legado digital en Internet" son algunas de las expresiones que se han acuñado últimamente cuando hablamos de este fenómeno emergente que consiste en que nuestra vida física (offline) sea sobrevivida por nuestra vida digital (online), explica Pedro J. Oiarzabal, un investigador vasco de la Universidad de Deusto especialista en nuevas tecnologías y migraciones.

"¿Qué deberíamos hacer con la "vida digital"- cuentas de correo, redes sociales, páginas web, publicaciones en línea, fotografías - de nuestros allegados cuando estos han fallecido?", se pregunta Pedro J. Oiarzabal.

A raíz de este fenómeno, ha surgido una pequeña industria que se encarga de gestionar tu "vida digital" después de tu muerte. "Después de recibir notificación oficial de la muerte de uno de sus clientes, compañías como SlightlyMorbid.com, LegacyLocker.com, GreatGoodbye.com, MyLastEmail.com y DeathSwitch.com comunican a los contactos de sus clientes su fallecimiento y siguen las instrucciones de sus clientes en lo que respecta a sus cuentas de correo y perfiles en redes sociales", explica Oiarzabal.