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Especie exteinguida
Paleontólogos vascos descubren la vaca marina más antigua del oeste de Europa
El mamífero marino vivió hace 42 millones de años en el Pirineo de Huesca, y le han denominado “Sobrarbesiren cardieli”.
agencias | redacción
Euskaraz irakurri: Europa mendebaldeko itsas behi zaharrena aurkitu dute euskal paleontologoek
Varios paleontólogos de la Universidad del País Vasco, Zaragoza y Nova (Lisboa) han descubierto una nueva especie de mamífero marino que vivió hace 42 millones de años en el actual Pirineo aragonés. El hallazgo se ha considerado como el sirenio más antiguo del oeste de Europa.
Los fósiles recuperados son claves para conocer la evolución de los sirenios —mamíferos marinos—, porque sus restos muestran que fue un animal cuadrúpedo y que no estaba totalmente adaptado a la vida acuática.
Han denominado al mamífero marino 'Sobrarbesiren cardieli', en honor a la Comarca de Sobrarbe (Huesca) y a Jesús Cardiel Lalueza, descubridor del yacimiento de Castejón de Sobrarbe.
Usualmente, a estos animales se les conoce como vacas marinas al ser los únicos de este tipo que son herbívoros. Aparecieron por primera vez hace 50 millones de años como mamíferos terrestres y evolucionaron en África hasta convertirse en animales totalmente marinos.
Las excavaciones en el yacimiento comenzaron en 2009 bajo la dirección de la doctora de la UPV/EHU Ainara Badiola. Desde entonces, se han recuperado más de 600 fósiles de vertebrados de hace 42 millones de años. Entre estos fósiles, unos 300 perteneces a la vaca marina. El sirenio está completo y tiene casi todos los huesos del esqueleto.
Los datos de la especie encontrada en el Pirineo oscense han sido publicados en la revista científica Scientific Reports por Ester Díaz Berenguer y José Ignacio Canudo, de la Universidad de Zaragoza; Ainara Badiola, de la UPV/EHU, y Miguel Moreno Azanza, de la Universidad Nova de Lisboa.
El descubrimiento ha puesto la zona de Huesca en el punto de mira para el estudio de la evolución inicial de estos mamíferos. Además, los restos recuperados se expondrán próximamente en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza, según ha notificado el centro.