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Nonick

'La Red permite registrar en tiempo real lo que sucede y compartirlo'

Leila Nachawati, responsable de comunidades online de AERCO y bloguera especializada en derechos humanos, modera una mesa redonda sobre el uso de la tecnología móvil en revueltas sociales.

Leila Nachawati, responsable de comunidades online de AERCO y bloguera experta en derechos humanos.
Leila Nachawati, responsable de comunidades online de AERCO y bloguera experta en derechos humanos.
Leila Nachawati, responsable de comunidades online de AERCO y bloguera experta en derechos humanos.

Amaia Akordagoitia

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Durante los últimos meses, ciudadanos de todo el mundo están utilizando herramientas de Internet para organizar y compartir noticias y actualizaciones de las protestas y movilizaciones que están sucediendo en diferentes regiones sobre todo en Oriente Medio y África del Norte. Sin embargo, esa actividad implica riesgos y los regímenes represivos tratan de impedir que los ciudadanos se comuniquen a través de esas nuevas herramientas. Leila Nachawati es responsable de comunidades online de AERCO y bloguera especializada en derechos humanos. Nachawati modera esta tarde en Nonick 011una mesa redonda sobre el uso de la tecnología móvil durante ese tipo de movilizaciones.

En el contexto de cambios sociales y políticos que estamos viviendo, ¿qué papel están tomando las comunidades online en la sociedad civil?Lo que conocemos como redes sociales, nuevas tecnologías, (Facebook, Twitter, plataformas...) son herramientas muy importantes de gente que hay detrás y que durante años ha estado creando vínculos. Usuarios de Internet de distintos países y contextos han ido poniendo en común ideas e intercambiando experiencias, problemas comunes, y han ido aprendiendo unos de otros. Esos vínculos que se han creado han contribuido a que haya una especie de tejido social construido que ha permitido que cuando ha habido chispas desencadenantes en estos países en los que hay un malestar social causado por problemas económicos y gobiernos totalitarios que asfixian a la población, ya había una sociedad civil bastante organizada con un conocimiento de herramientas que les han permitido organizarse mejor y comunicar al mundo, compartir con el mundo, muy ágilmente lo que estaba pasando.

Es decir, ¿Internet es la herramienta y no la causa de las revueltas sociales que se están dando durante los últimos meses?Exacto. Es la herramienta para organizar y para que las personas cuenten y compartan a tiempo real lo que está pasando en contextos donde la comunicación suele estar muy controlada por los gobiernos. Con los canales tradicionales no podemos saber desde el exterior lo que está pasando, pero con los nuevos canales que proporciona Internet podemos acceder a situaciones que no veíamos hasta ahora, porque la cuentan en primera persona los que los están viviendo. Es tan fácil como registrar en tiempo real lo que está pasando y compartirlo. Así, la información llega a millones de personas en un instante, cuando antes no era tan fácil compartir de forma ágil lo que estaba pasando. Además de eso, también se está viviendo una especie de revolución mediática que tiene que ver con la posibilidad de que los ciudadanos se apropien de la tecnología y ya no necesiten tanto de intermediarios, los medios de comunicación tradicionales.

¿Las comunidades sociales son tal vez las que ahora delatan que los medios tradicionales no enseñaban todo lo que debían y sí lo que a algunos les interesaba?Bueno, digamos que sí hay una cierta vinculación entre lo que es noticia en el mundo y lo que ocupa portadas con lo que es estratégicamente más relevante. Por ejemplo, en Irán, Irán fue noticia para los medios tradicionales, es un lugar donde siempre ha habido muchos intereses puestos, en el que se ha prestado mucha atención a las revueltas ciudadanas. En cambio, en Túnez, había unas movilizaciones impresionantes desde 2008, tal y como apuntan los activistas, pero no fue hasta que los propios ciudadanos se apoderaron de esa tecnología y empezaron a contar en ese momento lo que estaba pasando, que sublevó a los medios tradicionales, que no entendieron a tiempo que estaba sucediendo algo tan gordo en esa región.

¿Por qué Internet es ahora una herramienta tan recurrida y no lo ha sido hasta ahora? ¿Qué ha ocurrido para que haya surgido esta tendencia?Yo creo que las herramientas son relativamente nuevas y han necesitado un tiempo de madurez para que los usuarios empezasen a convertirse en lo que se conoce como heavy users. Es decir, usuarios activos y que utilizan mucho estas herramientas y les ha llevado un tiempo conocer su potencial y tejer esos vínculos entre activistas a través de la Red. Ahora todavía estamos viendo el potencial. No es más que el comienzo del empoderamiento ciudadano para administrar nuevas herramientas.

¿El poder tiene miedo de ese empoderamiento ciudadano y de Internet?Sí, claro que da miedo y por eso tenemos casos no solo en los países de Oriente Medio y el Norte de África, sino también en el resto del mundo, donde se ve amenazada la libertad y la neutralidad en la Red. Tenemos el caso de España con el proyecto de ley que es una grave amenaza para esa neutralidad en la Red. Reporteros Sin Fronteras elabora anualmente un listado de lo que llaman enemigos de Internet. En esa lista se sorprende uno de ver no solo a países como Egipto, que hasta ahora siempre encabezaba la lista, Túnez, Siria y Burna, por supuesto uno de los clásicos entre los enemigos. Sorprendentemente, también vemos a Australia. Es cierto que en los países de la región de Oriente Medio la justificación para controlar la actividad de los usuarios en Internet es en algunos casos religiosa, para no herir sensibilidades, otras veces por motivos políticos, lo que se conoce como amenaza contra la seguridad nacional, y en casos como Australia, por contenidos de pornografía infantil. Esas razones son las que justifican el amenazar la neutralidad en la Red tal y como la conocemos.

En Nonick, moderas un debate sobre el uso de la tecnología móvil durante las movilizaciones.¿Qué beneficios y qué peligros crees que tiene ese uso?El beneficio sería la visibilidad que genera el poder utilizar estas herramientas y darle visibilidad a manifestaciones, a abusos contra los derechos humanos, que hasta ahora nadie adivina y ahora de repente se pueden ver... Sin embargo, esa misma visibilidad, además de ser beneficiosa para las causas de los ciudadanos, también es peligrosa. La propia visibilidad entraña muchísimos riesgos. Cuando tú sales en un vídeo en un país represivo, o das tus contactos a través de las redes, estás poniendo en bandeja a los gobiernos una información que hasta hace poco costaba muchísimo más conseguir. De hecho, a través de Facebook no solo les proporcionas tus datos sino también toda tu red de contactos. Ese es el problema de ceder tus datos a redes privativas como Facebook.

Esta misma semana hemos sabido que el autor de una exitoso blog no es una joven homosexual siria, sino un estudiante estadounidense que se hacía pasar por otra persona. ¿Se puede dar credibilidad a todo? ¿Cómo se puede hacer el filtro?Con sentido común, contrastando y no replicando una información que lees sin contrastarla y si eres periodista mucho más, tienes que hacer una labor de investigación para conocer a la persona que está compartiendo esos contenidos. En el caso que comentas, nadie la había conocido en persona y ahí empezamos a sospechar.

Hasta la CNN entrevistó a la supuesta bloguera...Sí, se creó como un personaje que parecía real, porque la voz estaba muy lograda. Estos daños van a seguir sucediendo y sobre todo en casos en los que hay tantos interés hacia una región. Creo que va a ser inevitable que en algunos casos suceda. Entre los blogueros, la gente está muy enfadada con este personaje.

Aún así, Internet es un medio joven, para lo malo, pero también para lo bueno. Es decir, ¿todavía tenemos mucho que aprender, no?Bueno, realmente no es un medio, es un espacio infinito donde hay miles de medios. Todavía hace falta mucha educación en cuestiones sobre todo en torno a la privacidad. Es decir, el debate sobre hasta qué punto nuestros datos no son nuestros cuando los compartimos en una plataforma privativa como Facebook y pensamos que son nuestros.

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