Félix Garitano: "En un corto tiempo tendremos diáconos mujeres"

Nuestro invitado de hoy nace un 15 de noviembre del año en que en este país termina la barbarie entre vecinos. Hablo del año 1939. Nacido en el pueblo de Bergara que, por cierto, ostenta el título de Muy noble y leal villa y que da nombre a unos pasteles que son pura gloria, los rellenos y tostones de Bergara.

Nuestro invitado es una persona afable, de mirada directa, directa como su manera de hablar, la cual le ha llevado a tener algunos problemas a lo largo de su vida. Realizó sus estudios en el Seminario de Donostia, ese edificio en lo alto del barrio del Antiguo donde cantidad de jóvenes estudiaban para ordenarse Sacerdotes. Después realizó sus estudios de teología trasladándose a Roma, la ciudad eterna en muchos sentidos. Eterna por su antigüedad, eterna para visitar y eterna para contemplar dentro de un atasco. Continuó estudiando pastoral catequética en París, la ciudad de la luz, del amor y la capital de los campeones de fútbol actuales...

Incansable trabajador y pensador, no ha dejado ni un día de su vida en buscar la mejor forma o manera de mejorar la sociedad. Ha sido responsable diocesano de la Catequesis, tanto a nivel de niños como de jóvenes y de adultos (1970-86) y responsable nacional de la Catequesis de adultos desde 1987 hasta 1990. Después de su periplo como catequista, recaló en la Iglesia de San Vicente de la parte vieja donostiarra a la que dedicó 25 años de su dilatada carrera como párroco. Llegó encantado porque se considera pastor y se fue, tras su jubilación forzada, no tan encantado porque dejaba una familia, una comunidad de feligreses que se habían entusiasmado con su entusiasmo, con su forma de pensar, con su forma de expresar lo que decía y con su denostados intentos por mejorar e ilusionar la fe en el catolicismo. Viajero bianual a tierra santa tras la pista de Jesús de Nazaret, sufridor empedernido de la vida y del dolor de espalda, hoy nos visita para presentar su libro, 25 años de vida parroquial, un Garitano de Bergara, porque todos los Garitanos vienen de allí según dice él mismo, un placer saludar  al sacerdote FELIX GARITANO.