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ZINEMALDIA

"Es muy triste que en 2022 se necesiten lugares como el Way out, oasis de libertad para el colectivo trans"

Izaskun Arandia se estrena en la dirección con el largometraje documental 'My way out', un retrato del mítico local londinense donde desde hace 30 años hombres y mujeres del colectivo LGTBIQ+ pueden socializar, divertirse y expresarse con naturalidad y con seguridad.

  • Izaskun Arandia, directora de 'My way out'

    Izaskun Arandia, directora de 'My way out'

    19:34 min
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Vicky Lee es toda una institución para el colectivo LGTBIQ+, y en especial para las personas transexuales. Su local Way out, ubicado en Londres, es desde hace casi 30 años punto de referencia y encuentro. Y es el tema con el que Izaskun Arandia da el salto como directora. My way out es un largometraje documental; 70 minutos donde no solo se retrata el ambiente festivo que se respira en el local, sino sobre todo las historias de quienes allí se dan cita. "Historias muy duras", dice Arandia, pero contadas en un lugar donde la música "es alegre". "Pensaba que no iban a abrirse tanto a contar sus historias", admite sorprendida. Narradas, dice, "desde un punto de vista positivo", que le lleva a pensar que "ha sido una especie de terapia para ellos".

Recuerda Arandia sus primeras sensaciones al conocer el local: "Noté enseguida esa sensación de libertad y seguridad. Allí pueden socializarse, bailar...y hacerlo con naturalidad y libertad". Y quizás por ello, y a pesar de la dureza de las vivencias personales que se relatan, el documental "es un canto positivo", con un mensaje de esperanza. También una llamada a la reflexión colectiva sobre la violencia que se ejerce contra el colectivo trans, especialmente en las redes sociales. "Es muy triste que en 2022 se necesiten lugares como Way out, un oasis de libertad y seguridad", admite. "Una de las claves del local es la palabra 'no'. Aquí es determinante. Hay un respeto maravilloso", añade la artista Yogurina Borova, cuya música se escucha en el documental y quien puso a Izaskun Arandia sobre la pista de la existencia de este local londinense. "Para mí era un referente. Nunca había estado y cuando pude ir fue un mundo", recuerda. "Esto solo pasa en Londres", reivindica.

Rodar no fue fácil, afirma Arandia. Y no sólo por las dificultades de hacerlo en un local oscuro, rebosante de música y respetando el anonimato de quienes no quieren ser grabados, sino porque se ha hecho prácticamente sin financiación y con el impulso inicial de una campaña de crowdfunding. Pasadas las dificultades, el documental ve la luz en la sección Zinemira de la 70 edición del Zinemaldia. Pugna, de hecho, por el Premio Irizar al Cine Vasco.