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La mecánica del caracol

Ciencia clic

La lluvia que acaba con la vida microbiana en el desierto de Atacama

Gran parte de la diversidad microbiana que habita el desierto más seco del mundo perece después de las lluvias que se han producido en los tres últimos años.

  • Arcoiris en el corazón del desierto de Atacama. Carlos González Silva (CAB)

    3:37 min
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La imagen que destacamos en ciencia clic es la de un enorme desierto sobre el que se alza el arco iris.  Nos encontramos en Atacama, en Chile, un desierto en cuya parte central no ha llovido durante 500 años y uno de los lugares análogos a Marte que se estudian en la Tierra. Porque en Atacama hay vida. Una diversidad de microorganismos extremófilos habituados a un ambiente extremadamente árido. Aunque algo ha cambiado en los últimos años. Durante los tres últimos años ha llovido de forma significativa en Atacama. Contrariamente a lo que cabría esperar, la vida no ha florecido desde entonces… sino todo lo contrario.

La imagen del arcoíris la tomó el investigador del Centro de Astrobiología Carlos González Silva durante un viaje de estudio para ver cómo reacciona la vida microbiana de Atacama ante la llegada del agua.

Hay que entender que este desierto es el más seco y antiguo de la Tierra. Durante 15 millones de años sus habitantes han evolucionado para tolerar niveles de desecación y de radiación que se creían incompatibles con la vida. Hasta el descubrimiento de estos extraordinarios microorganismos.

Los suelos de este desierto son muy salinos, ricos en nitratos, sulfatos y percloratos. Las lluvias de los últimos tres años han provocado la aparición de lagunas hipersalinas que han persistido durante varios meses. El estudio coordinado desde el Centro de Astrobiología ha investigado la geoquímica y la microbiología de estas lagunas y ha descubierto que el inusual aporte de agua ha causado una enorme devastación en las especies microbianas que vivían en estos lugares, y que han muerto por exceso de agua.

Este nuevo estudio sirve para establecer una nueva analogía con Marte, que vivió el efecto contrario, la desaparición de toda su agua líquida de la superficie. Las huellas de ríos, lagos y deltas muestran los lugares inundados por el agua hace entre 4.500 y 3.500 millones de años. Si en algún momento hubiera surgido la vida en Marte tendría que haber ocurrido durante este periodo, que coincide con el origen de la vida sobre la Tierra.

Después, Marte perdió su atmósfera y su hidrosfera, convirtiéndose en el mundo seco y árido que conocemos hoy. En algún momento de la transición, hace entre 3.500 y 3.000 millones de años, grandes volúmenes de agua excavaron su superficie en forma de canales de desbordamiento. Si aún existían comunidades microbianas resistiendo el proceso de desecación extrema, se habrían visto sometidos a un desajuste osmótico similar al estudiado en Atacama.

La hipótesis que apunta este estudio es que el mantenimiento de agua líquida durante un tiempo, en vez de ser una ventaja,  pudo, en realidad, haber contribuido a la desaparición de la vida marciana, si es que alguna vez existió.