La columna de José Félix Azurmendi (06/02/2016)

Tx. Tiempo de Carnaval, tiempo de disfraces, de relajo

Hay distantes versiones sobre la etimología de la palabra Carnaval pero todos coinciden en que su origen es italiano. Lo que hay y se adivina para la conformación de un Gobierno de España conduce también a pensar en esos precedentes italianos. No se percibe una especial preocupación por la incierta situación que se vive y no son pocos los que se acuerdan del caso belga y lo bien que les ha ido sin gobierno durante dos años. Nunca han faltado en Carnaval motivos para la crítica, la sátira y la chirigota políticas, pero pocas veces tan evidentes como las de este año, aunque entre nosotros, al menos hasta ahora, esta costumbre no haya estado tan arraigada. Es tiempo de disfraces, engaños e infidelidades, y son muchos, tal vez injustamente, los que lo asocian con la política y los políticos.

Tx. Estamos en tiempo de transición, aunque no se sepa bien hacia dónde.

Estamos en tiempo de cambio y se dicen cosas que bien merecen una reflexión. Por ejemplo cuando Idoia Mendia, secretaria general de los socialistas vascos, dice que no es partidaria de trasladarles a los catalanes el problema de decidir su futuro, porque eso lleva a la división de la sociedad. Y lo dice recordando que tiene familia allí, que va mucho por allí y que sabe de qué habla.

Por ejemplo cuando el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, en referencia al tiempo que se vive, denuncia que existen presiones desde fuera para condicionar la vida de los partidos. En los tiempos de la Transición que se escribe a menudo con mayúscula se recurría a hablar de la presión de los poderes fácticos para explicar lo que se hacía y lo que era imposible hacer.

Por ejemplo cuando el profesor de Pensamiento Político de la Universidad del País Vasco Pedro José Chacón le recuerda con acierto al PP del País Vasco que está perdiendo sus señas de identidad vascas y le invita a recuperar el espíritu foralista de Manuel Aranegui y Coll, abuelo materno del ministro Alfonso Alonso.

Desde luego, los tiempos de cambio se prestan también a reflexiones y revisiones, lo que siempre es de agradecer.

Tx. Está entre nosotros Angela Davis, que los menos jóvenes recordarán como un mito militante.

Desde el jueves al mediodía está entre nosotros Angela Davis. Ayer tomó parte en diversas actos y mañana visitará a Arnaldo Otegi en la cárcel de Logroño, si una vez más los responsables penitenciarios no lo impiden. Lo que nadie podrá impedir es que se hable de una de las activistas más reconocibles desde los años sesenta, de sus causas, de sus luchas, y que se hable de Otegi, que vive sus últimas semanas en prisión. Todo hace pensar que sale entero y dispuesto a encabezar la recuperación de la ilusión de una izquierda abertzale a la que el aspirante Pedro Sánchez está tratando con desprecio, ignorando que detrás de sus representantes en el Parlamento español hay decenas de miles de ciudadanos que se merecen y exigen respeto. No le faltan motivos de reflexión a la izquierda abertzale y, entre ellos, las razones que han hecho posible que en foros diversos se les trate como apestados. No le va a faltar tarea a Arnaldo Otegi.