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Opinión
La columna de José Félix Azurmendi (28/05/2016)
José Félix Azurmendi
Poco ambiente electoral entre nosotros. ¿Nuevo tiempo también para la izquierda abertzale? ¿No se habla demasiado del pasado y poco del futuro?
Tx. De momento, no parece que haya mucho ambiente electoral entre nosotros
JFA. Resta menos de un mes para la jornada electoral del 26 de junio y todo hace pensar que la abstención va a ser alta, también en Euskadi. Resta menos de un mes y los partidos tendrán que moverse mucho y bien para convencer a los vascos y vascas de que de que se juegan mucho en ese envite. Los más madrugadores y mejor organizados, entre nosotros el PNV, ya están trabajando para animar el voto por correo, para facilitar que nadie se quede sin votar por ausencia o dificultades de desplazamiento. Y en cuanto pase el verano, los ciudadanos de la Comunidad Autónoma Vasca afrontarán unas elecciones propias que despiertan más interés y para las que los partidos trabajan desde ahora.
La campaña no está sin embargo ausente de novedades y curiosidades. Gorka Maneiro, el solitario representante en el Parlamento vasco de aquel partido que fundó Rosa Díez, como buen vasco, se resiste a echar la toalla y, acompañado de Maite Pagazaurtundua, encabezará la lista de la formación por Madrid. Fernando Savater no les abandona y les seguirá cobijando desde una discreta quinta posición. El que sí abandona es Rodolfo Ares, cuya despedida del Parlamento Vasco sólo ha sido correspondida con afecto y calor por Gorka Maneiro y los representantes del Partido Popular. Si, como es probable, Pedro Sánchez no consigue tampoco esta vez la presidencia del Gobierno español, es probable también que tenga eso traducción entre los socialistas vascos que le apoyan con entusiasmo. Hay una nueva generación de políticos que piden paso y solo puede ser a costa de los veteranos. Si, por añadidura, hay menos que repartir, la transición puede ser muy movida. Que un joven rostro del PP guipuzcoano haga una crítica de fondo a Carmelo Barrio por haberse sentido interpelado en el rifirrafe con Julen Arzuaga sobre la naturaleza del franquismo es otra prueba más del nuevo tiempo que llega para todos.
Tx. ¿Nuevo tiempo también para la izquierda abertzale?
JFA. Por supuesto, pero no sin dificultades, porque no acaban de cerrar un pasado, porque no terminan de convencer de que en su interior no sigan mandando los de siempre. Radio Euskadi no entrevistaba a Otegi desde el 14 de abril del 2009. Ayer le dedicó un amplio espacio en horario preferente. Se trataron de usted, como los periodistas deberían hacer siempre con todos los líderes políticos, y dejó unos cuantos titulares y algunas sentencias. Los pueblos apaleados tienen miedo, me dijo Arzalluz en los tiempos de Lizarra, recordó. Urkullu no es Ibarretxe, añadió. Los vascos no sabemos debatir, y todos necesitamos hablar con todos. EH Bildu no es solo la izquierda abertzale: hay más en ella, ex jeltzales, ex comunistas, Aralar. Hacen falta caras nuevas, pero sobre todo ideas nuevas y frescas. Descuento los 14 años que he estado en la cárcel y me veo joven. Algunos reclamamos el cese de la lucha armada bastante antes de que se produjera. Todos hemos cometido errores y algunos los hemos pagado duramente. Tenemos una cuota de responsabilidad en el sufrimiento, pero también en la solución al problema. “O sea que ustedes tenían capacidad de influir en ETA”, le ha preguntado Dani Alvarez, y su complicada respuesta no se puede resumir en un titular. Otegi parece saber lo que quiere y lo dice con claridad y frescura. Dará juego.
Tx. ¿No se habla demasiado del pasado y poco del futuro?
JFA. Tal vez, pero eso tiene una explicación que se remonta a un pasado más lejano que el de ETA, que se explica en la manera como la Transición trató de pasar página del franquismo sin leerlo ni explicarlo. Ayer se produjo un hecho muy importante en Argentina cuando la Justicia declaró que el Plan Cóndor de las dictaduras de los países del Cono Sur fue una asociación ilícita para cometer delitos de lesa humanidad de los que no prescriben, incluyendo privaciones ilegales de libertad y tormentos. En los papeles del horror que aparecieron en Paraguay y sacaron a la luz el Plan hay un apartado español y documentos precisos y fichas de militantes de ETA que podrían desvelar implicaciones del Gobierno español en el mismo. Pero una vez más no se investigará nada porque, como dijo Barrio en el Parlamento vasco, la amnistía acordada en la Transición concernía y abarcaba a todos, también a los franquistas. Lo que en Argentina está siendo posible a pesar de la ley de Punto Final, no lo es en el Estado español. De momento. .