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Vascos por el mundo

Luxemburgo, el país de los castillos de cuento

EITB Media

"Vascos por el mundo" conoce la historia de este país centroeuropeo gracias a las visitas a sus castillos y al patrimonio industrial.

  • Jorge Limia en los jardines del conde de Ansembourg en Luxemburgo.

    Jorge Limia en los jardines del conde de Ansembourg en Luxemburgo. Imagen: EITB Media

Rodeado por Francia, Bélgica y Alemania, Luxemburgo es uno de los países más pequeños de Europa. Su tamaño es como el de Bizkaia, pero en cuanto a demografía se parece más a Gipuzkoa, con alrededor de 626.000 habitantes.

La belleza de sus paisajes y el encanto de sus pueblos medievales enamoran a los turistas. Y aunque fue un país devastado por guerra y batallas, ha conseguido resurgir como el ave fénix y convertirse en el más rico del mundo.

Comenzamos la visita en la zona baja de la capital, en el Grund, paseando junto al río Alzette, donde conoceremos a la mujer más famosa del país: la sirena Melusina. Cuenta la leyenda que el primer conde Sigfrido se enamoró perdidamente de ella cuando la vio en una roca y quiso casarse con ella. Melusina aceptó con la condición de que no la viera nunca los sábados, día en que se convertía en serpiente de cintura para abajo. Al principio todo fue bien, pero pasado un tiempo, Sigfrido no aguantó la curiosidad y descubrió la realidad de su mujer. En ese momento, Melusina saltó y se sumergió en el río.

Cerca de la capital, encontraremos el castillo más grande de Luxemburgo, el de Bourscheid. Se comenzó a construir hacia el año 1000, pero debajo se han encontrado ruinas romanas, por lo que el lugar fue habitado mucho antes.

Hoy en día la fortaleza está casi en ruinas aunque llaman la atención sus torres redondas, muy admiradas por el escritor francés Víctor Hugo.

A unos 20 kilómetros de Luxemburgo ciudad, está Remich, la comuna más pequeña del país. Sin embargo, tiene mucho movimiento y es muy conocida por sus viñedos a la orilla del río. Allí podremos adentramos en alguna de sus bodegas para conocer cómo se hace la auténtica bebida luxemburguesa, el cremant.

Clervaux es otro pequeño pueblo pero esconde un imponente castillo que ha sido testigo de grandes batallas, como la batalla de las Ardenas. Una fortificación que actualmente alberga la exposición fotográfica más visitada de todo el mundo y un pequeño museo de la guerra.

En lo más alto del pueblo se levanta la abadía de San Mauricio, con una torre campanario que supera los 60 metros de altura, y donde reside la congregación que ayudó a revivir el canto gregoriano en el siglo XIX.

De la zona medieval pasamos a la zona industrial de Luxemburgo. Belval es la antigua zona de fábricas siderúrgicas. Hoy es una ciudad viva que mantiene el recuerdo de lo que fue como monumento histórico nacional. Y es que, sus altos hornos fueron la gloria de la economía del país durante muchos años.

Visitando los restos del ferrocarril de Minett Park en Fond-de-Gras sentiremos como si el tiempo se hubiera parado de repente y todo estuviera igual desde hace más de 50 años. El tren fue clave para el auge de la economía, ya que sirvió de transporte para las grandes siderúrgicas del país.

El hierro fue la gran riqueza de Luxemburgo. En las minas de Lasauvage, una de las últimas en funcionamiento, podremos hacernos una idea de cómo era trabajar bajo tierra extrayendo el mineral.

Seguimos el viaje por estas tierras cambiando totalmente de entorno. Dejamos la zona industrial para acercarnos a la vida de los aristócratas del país y visitar la residencia del conde de Ansembourg. Los jardines de este lugar datan de 1750 y están abiertos al público.

Otro de los lugares de obligada visita son los castillos de los caballeros de Beaufort. Son dos castillos, uno junto al otro. El primero es medieval y el segundo renacentista, y se construyeron durante cuatro periodos entre 1050 y 1650. En el castillo aún continúan haciendo el licor típico del lugar con grosellas negras.

Echternach es la ciudad más antigua de Luxemburgo, un municipio que está en la frontera con Alemania. En su momento fue una localidad amurallada y aún se conservan algunas de sus torres. Hoy en día incluso se puede alquilar alguna de estas torres para pasar la noche.

Muy cerquita de allí encontraremos la villa romana mejor conservada del norte de los Alpes que fue hallada por las excavaciones que se hicieron en el lago de Echternach.

De la historia a la belleza más natural, nos trasladamos a Mullerthal, más conocido como la pequeña Suiza, donde caminamos por maravillosos senderos en bosques que parecen sacados de historias de elfos y duendes, donde descubrimos la maravillosa estampa que forma la cascada de Schiessentümpel

El castillo de Urspelt será el último que visitaremos en este viaje. Se trata de una fortaleza del siglo XVII convertida en hotel y spa de lujo.

Finalizamos nuestro recorrido por Luxemburgo subiremos al punto más alto del país, el Burgplatz, a una altitud de 558 metros sobre el nivel del mar.