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Arte

Estreno de 'Kooza'

'Kooza', una caja llena de sorpresas que no dejará indiferente a nadie

I. Rincon | eitb.com

El Circo del Sol estrenó ayer su último espectáculo en Bilbao, un show lleno de acrobacias que cortan el aliento.

  • Imágen del comienzo del espectáculo. Foto: EiTB

    Imágen del comienzo del espectáculo. Foto: Eitb

El nombre 'Kooza', se inspira en la palabra sánscrita koza, que significa "caja", "baúl" o "tesoro". Los creadores del espectáculo eligieron ese nombre porque uno de los conceptos subyacentes de la producción es la idea de "un circo en una caja". Una caja llena de sorpresas que no ha dejado indiferente a nadie desde que Cirque du Soleil, la compañía circense creada en Canadá en 1984, estrenó "Kooza" en 2007. Desde entonces se ha representado en más de 31 ciudades de tres países, y ayer le tocó a Bilbao, que acogió el estreno en la gran carpa montada en la explanada de Zorrozaurre.

"Kooza" cuenta la historia de un personaje solitario y melancólico llamado Inocente, que busca su lugar en el mundo. El espectáculo empieza cuando éste abre una caja sorpresa de la que surge el Trickster, un genio que salta al escenario y que le lleva de viaje a descubrir otro mundo, el mundo de "Kooza".

En ese nuevo universo, el Inocente comienza un viaje en el que se encontrará con infinidad de personajes cómicos, tales como, el Rey, los Payasos y el Perro Malo. Entre la fuerza y la fragilidad, la carcajada y la sonrisa, la confusión y la armonía, "Kooza" explora temas como la identidad, el poder y el reconocimiento social a través de un universo visual exótico y electrizante que rebosa sorpresas, emociones fuertes y una gran dosis de audacia.

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(La rueda de la muerte. Foto: EiTB.com)

A medida que va avanzando la historia, ésta se va enlazando con varios números que dejarán fascinados a todos los presentes: bailarinas que se transforman con contorsiones imposibles; funambulistas que caminan sin reparos por un alambre a casi 8 metros de altura y que no dudan en montarse en dos bicicletas; y la temida rueda de la muerte, entre otros; siendo ésta última una actuación jamás representada antes bajo la carpa blanca.

El espectáculo pone de manifiesto la exigencia física de cada número, todo su esplendor y su fragilidad, a través de una colorida mezcla en la que destaca el humor más bufonesco.

"El tono es divertido y gracioso, ligero y abierto. Es un espectáculo que no se toma a sí mismo demasiado en serio, pero que tiene mucho que ver con las ideas", ha explicado David Shiner, autor y director del espectáculo.

El vestuario y la música en directo son también dos puntos importantes para poder encarnar a la perfección el espíritu de la función, consiguiendo despertar diversos sentimientos de los que el público no podrá escapar.

El espectáculo muestra, en todo su esplendor, el gran esfuerzo físico del ser humano sobre el escenario, en una representación muy colorista y arriesgada, dinamizada en todo momento con el humor descarado de los payasos durante las más de dos horas que dura la actuación.