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Cine

Entrevista

Paul Urkijo: "'Irati' es una película para el gran público"

Natxo Velez | EITB Media

Por fin llega los cines "Irati", el segundo largometraje del cineasta alavés Paul Urkijo. La ambiciosa producción, en la que participa EITB, propone un viaje fantástico por las creencias, el amor y el imaginario vasco.

  • Paul Urkijo, director de "Irati"

    Paul Urkijo, director de "Irati"

Euskaraz irakurri: Paul Urkijo: "Publiko zabalarentzako pelikula bat da 'Irati'"

"Irati", el segundo largometraje del cineasta Paul Urkijo Alijo (Vitoria-Gasteiz, 1984), llega hoy a los cines. Como se le presupone a una nueva película del director de "Errementari", "Irati" está, efectivamente, enmarcada por la historia y la mitología vascas, así como por las convenciones del género fantástico, y esta vez también por la acción (las luchas de espadas y batallas son quizás las más ambiciosas nunca filmadas por aquí), pero sobre todo Urkijo ha querido crear "una historia de amor".

"Irati es una historia de amor hacia la mitología y la historia de Euskal Herria, así como al cine de acción, y también una oda a quienes piensan y viven en libertad", ha afirmado el director sobre la película, protagonizada por Eneko Sagardoy y Edurne Azkarate.

Hablamos con Urkijo sobre esta película ambientada en la Euskal Herria del siglo VIII, alumbrada por la lucha cultural entre las religiones monoteístas y otras formas de mirar al mundo.

La película está basada en el cómic "El ciclo de Irati", de Joxean Muñoz y Juan Luis Landa. ¿Qué te empujó a convertirlo en película? ¿Qué elementos de esa historia debían estar incondicionalmente en la película y qué hueco has dejado a tu imaginación para redondear la historia?

La mitología vasca me ha encantado desde que era pequeño: mis padres me llevaban al monte, y me contaban que Basajaun vivía en los bosques, que en los ríos habitaban las lamias o que Mari se escondía en las cuevas.

Además, en casa siempre hemos tenido los libros con historias recopiladas por Barandiaran e ilustradas en la década de los 80… Y a mí siempre me ha rondado por la cabeza la intención de hacer una película épica sobre la mitología vasca, con espadas, capas y todo lo relacionado con el mundo medieval.

En la década de los 90 leí el cómic "El ciclo de Irati", y encontré en él todos esos elementos históricos y mitológicos necesarios para contar una historia ambientada en el siglo VIII: el joven cristiano Eneko e Irati, una chica pagana que vivía en el bosque…

El cómic está dirigido a un público más juvenil, y tiene ese toque francés de Perceval o Asterix, pero posee elementos interesantes a los que dotar de un tono más oscuro y que podían ser interesantes para adaptarlos a un público más maduro.

A partir de ahí, se me ocurrió que podíamos hacer una película vasca de aventuras y fantasía épica trasladando todas esas obsesiones al género de espadas y brujería.

Todos los elementos de la historia están concienzudamente trabajados. ¿Cómo ha sido y cuánto ha durado el proceso de crear la película hasta que comenzasteis a rodar?

Esta vez han sido cinco años de preparación.

Como también soy ilustrador, suelo trabajar el concepto artístico mientras escribo la historia: me desplazo a las localizaciones, dibujo cómo serán los personajes mitológicos… Y luego creo un pequeño libro encuadernado con el concepto de arte, con el que mostrarles a los productores y productoras que la historia es factible.

Al trabajar la fantasía, desde que hacía cortometrajes comienzo a pensar la película desde las carencias: cómo podremos rodar las secuencias de las batallas, cómo abordar las criaturas mitológicas desde un punto de vista visual y narrativo para no acabar haciendo una película llena de efectos especiales sino más cercana al realismo mágico…

Partiendo desde ahí, hablo con todos los equipos, y abordamos las necesidades de cada apartado.

El rodaje tampoco resultaría sencillo: batallas con muchísimos elementos, caballos, muchas secuencias en exteriores, cuevas, frío, muchos cambios de iluminación… ¿Qué recuerdos tienes del rodaje?

Suelo llevar los proyectos, todos los planos, muy cerrados, pero en este caso, como la naturaleza tiene un gran protagonismo, dejé mucho lugar a lo orgánico. Así que, a pesar de que es una película grande, he estado más tranquilo, quizás gracias a la experiencia acumulada, y he disfrutado mucho.

Para ello, claro, ha sido muy importante el equipo de "gudaris" que he tenido detrás y que me ha acompañado a través de bosques, cuevas y montes. Ha habido un muy buen ambiente en el rodaje, y la película existe gracias a la energía de todo el equipo.

Eneko Sagardoy, 'Irati'n

Eneko Sagardoy, en 'Irati'

Para los dos papeles principales, has escogido a Eneko Sagardoy y Edurne Azkarate. ¿En qué te has basado para esa elección?

A Eneko lo conocía desde hace ya tiempo, desde "Errementari", y es un actor fabuloso. Precisamente, cuando estábamos promocionando "Errementari", yo ya tenía "Irati" en la cabeza, y entonces le propuse que interpretara a Eneko Aritza. Cuando me imaginaba a ese Eneko medieval, tenía en la cabeza la cara de Eneko Sagardoy.

Ha hecho un trabajo tremendo: ha cambiado su aspecto físico, ha andado en caballo, se ha fajado con la espada…. Además, ha dotado a ese personaje de la Edad Media de un arco dramático muy bonito: mientras la historia avanza, a Eneko se le van diluyendo sus creencias cristianas, el personaje de Eneko sufre una transformación, y Eneko nos muestra ese tránsito simplemente a través de la mirada.

Por su parte, a Edurne no la conocía, y ha resultado una sorpresa increíble. Hice un casting para encontrar a Irati, y nos llevamos una sorpresa tremenda. Cuando llego el turno de Edurne, trajo el euskera antiguo trabajado de cabo a rabo, y flipamos.

El personaje tiene un toque salvaje, vive en el bosque, pero tiene que proyectar una mirada magnética, además de tristeza y soledad, y eso lo vi muy claro en Edurne. Después hicimos una segunda prueba ya junto a Eneko, y ya vimos esa química que luego ha quedado refrendada en la pantalla. Fue entonces cuando vi por primera vez mi pareja de héroes.

Edurne Azkarate, 'Irati'n

Edurne Azkarate, en 'Irati'

El habla está muy trabajada: hay muchos juegos de palabras y el registro de cada uno ayuda a definir a los personajes, el habla es casi un personaje más. ¿Cómo se proyectará la película en los cines vascos y de fuera?

La decisión de utilizar el euskera era muy rígida, ya que la película emana de los cuentos en euskera. Además, con "Errementari" ya comprobamos que la gente de fuera agradece que la película sea en euskera.

Para los y las euskaldunes, hemos tratado de construir el euskera de la Edad Media con la ayuda de Gorka Lazkano. No hemos realizado un ejercicio documental, no se trata de una reconstrucción minuciosa del euskera de la época, sino de una especie de textura que ayude al espectador o espectadora a sumergirse más en la Edad Media.

Además, también habrá otra versión doblada al castellano, porque así lo exige el mercado español, pero trataremos de que tantos cines como sea posible ofrezcan la versión original en euskera.

La película ya ha hecho su recorrido antes de llegar a los cines: se estrenó con éxito en Sitges, también se proyectó en la Semana de Cine Fantástico de San Sebastián (fue premiada en ambos), en la Feria de Durango… ¿Qué respuesta habéis recibido hasta ahora?

La estrenamos en el festival de Sitges, y fue una gozada. Defendimos muy orgullosos el euskera y la mitología vasca en la Sección Oficial, y la proyección fue preciosa. La gente hizo suya la película, y recibimos un aplauso tremendo. Además, ganamos el premio del público.

A partir de ahí, el estreno en Euskal Herria fue en la Semana de Cine Fantástico de San Sebastián, y también conseguimos el premio, como en Málaga, Tenerife…

A la gente le está gustando mucho, y yo estoy más tranquilo de cara al estreno en salas. Pero los nervios siempre están ahí, ya que yo hago películas para el público y estoy deseando de que la vean.

"Irati", al igual que "Errementari", es una película de género y ambas han sido muy bien recibidas en ese circuito (Sitges, Semana de Cine Fantástico…). Sin embargo, quizás debido a las especifidades de nuestro sistema cultural, "Irati" va a ocupar el centro y se convertirá seguramente en el estreno más importante del año. ¿Cómo vives esa dualidad?

El género es mi territorio favorito, con lo que más disfruto es con la fantasía y el terror, siempre he hecho eso y me gustaría seguir haciéndolo. Y se trata de poder ofrecer al público ese tipo de historias. No creo que la gente no quiera ver ese tipo de películas, ya que los géneros más taquilleros son los fantásticos: superhéroes, películas épicas, de terror…

Pero es necesaria una reflexión. No debemos consumir solo productos extranjeros, sino pensar que aquí también podemos realizarlos. Tenemos un material increíble y técnicos y técnicas excelentes para poder hacer y exportar esas historias.

Aun así, diría que "Irati" es una película bastante transversal, que, además de fantasía, tiene una historia, una trama, acción y entretenimiento. Es una película para el gran público.

La historia recoge el violento pulso del siglo VIII entre el paganismo y las religiones organizadas. Visto lo visto, ¿hemos cambiado esencialmente en trece siglos?

Para resumir la película, usamos la frase "todo lo que tiene nombre existe", que está relacionado con la preservación; ese es el mensaje de la película.

Por un lado, "Irati" es un reflejo de la pervivencia de todos esos mitos que han llegado hasta nosotros y nosotras a través de la tradición oral, pero podría ser también fuente de inspiración para otras y otros de cara a que esta cadena tenga continuidad.

Por otro lado, todas estas criaturas de la mitología vasca están profundamente enraizadas en la naturaleza, e "Irati" también quiere ser una invitación a respetarla. Si dotamos a la naturaleza de un nombre, un carácter y la importancia que merece, la mantendremos.

Además, al estar ambientada en el Medievo, la película también muestra la manera en la que las religiones monoteístas globalizadoras borraron otras formas de entender el mundo: diferentes maneras de describir, diferentes idiomas, diferentes colores…

Los grandes movimientos absorben y sincretizan esos rayos de color, e "Irati" pretende ser una oda a esos movimientos por un pensamiento y una vida en libertad.

Nada nuevo, por tanto…

Yo soy un pequeño eslabón en la cadena que forman esos libros que recibí de pequeño o, más recientemente, la canción "Mari" de Su Ta Gar. Muchos vascos y vascas han puesto su granito, e "Irati" es el mío.

Me gustaría que, a partir de ahora, más gente, inspirada por "Irati", aportara su eslabón, y que esta cadena se convirtiera en interminable y eterna.

¿Tienes otros proyectos entre manos?

Ahí voy. Todavía no puedo detallar de qué se trata, pero va por la misma senda. Seguiré creando fantasía utilizando los elementos del folclore de nuestra cultura, esa es mi apuesta. Me encanta y lo amo.

¿Qué futuro le deseas a "Irati"?

Me gustaría que la gente fuera a las salas a ver la película en pantalla grande. Hemos tratado de hacer la película más épica posible: hemos rodado en anamórfico, en panorámico, hemos cuidado mucho el sonido… Y me encantaría que la gente volviera a sentir la emoción que no siente desde hace tiempo en el cine.

Ojalá que al salir de la sala "Irati" entre en el corazón del público y la lleven a casa para reflexionar y emocionarse con ella. Que el público la haga suya para siempre.