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Reportaje de eitb.com
"Ser cooperante en verano es una experiencia dura, pero gratificante"
Carmen Muñoz nos contó su proyecto de cooperación para las vacaciones estivales y ahora nos hace el balance de su experiencia en un campo de refugiados en Tanzania.
Amaia Akordagoitia
El pasado 1 de agosto, diez voluntarios emprendieron un viaje que, por lo menos, ha hecho que valoren las cosas de otro modo. La ONG AIPC Pandora, que a través del voluntariado coordina microproyectos de cooperación, entre otras iniciativas, puso en marcha por primera vez una programa en el centro de educación primaria de Kabanga, en Tanzania. Un grupo de diez voluntarios se embarcaron en esta experiencia que prometía ser diferente a sus anteriores épocas vacacionales. Y así lo afirma Carmen Muñoz, la voluntaria vasca que se unió a la misión de AIPC Pandora.
"Creo que ha sido una experiencia super positiva y recomendable, aunque muy dura. Dedicar tus vacaciones a una iniciativa de este tipo es un acto de dedicación y concienciación tremendo. De todos modos, repetiré, porque hay muchas formas de colaborar. Además, una vez que entras en este mundo, se te abren las puertas para hacer muchas otras cosas, por ti y por los demás", explica Muñoz.
Objetivo cumplido
Antes de embarcarse en esta experiencia Muñoz y sus compañeros diseñaron un proyecto que debían arrancar en el campamento al que acudían. El centro de educación primaria de Kabanga acoge entre sus 659 alumnos, 125 discapacitados y 73 albinas y albinos (la mayoría menores), víctimas de un contrabando alimentado por la superstición y el fetichismo. Definitivamente, muchas necesidades que atender para tan solo 34 profesores. Por ello, una de las labores que debían desempeñar los cooperantes era la de apoyar al colectivo docente. Asimismo, debían motivar e incentivar a los niños y dotar al campamento de un panel solar, varios ordenadores, software para invidentes donado por la ONCE, máquinas de coser y diverso material para el juego y el entretenimiento.
"Hemos cumplido todos los objetivos que nos habíamos marcado. Es verdad que algunos han sido más complicados de alcanzar, pero ha sido un gran proyecto", afirma Muñoz. Sin embargo, la cooperante vasca tiene claro las necesidades básicas de alimentación, higiene y sanidad que siguen persistiendo en el campamento.
De hecho, Muñoz asegura que a partir de septiembre se empezarán a desarrollar las distintas fases que han definido en su proyecto. En primer lugar, está previsto que sean atendidos por un médico regularmente. Asimismo, intentarán transmitir unas mínimas costumbres higiénicas y de salud, como el uso del gorro o las cremas solares para protegerse del sol, tan importantes para prevenir los problemas de piel de los albinos. Por otro lado, se prevé la puesta en marcha de un comedor y una cocina,&' || 'nbsp;porque, tal y como recuerda Muñoz, "ahora los niños pequeños comen y hacen sus necesidades en el mismo lugar ya que hay dos letrinas para los casi doscientos habitantes del poblado". Por último, Cruz Roja Tanzania pondrá en marcha un programa de adopción internacional.
Trabajo por hacer
Antes de partir hacia Tanzania, Muñoz describió para eitb.com cuáles eran las fases que se suponía iba a experimentar en esta experiencia: una primera de euforia por querer hacer muchas cosas; otra de frustración, por comprobar que llevar a cabo las iniciativas es más difícil de lo que estaba previsto; un periodo de integración e identificación con la gente y, finalmente, la tristeza de la despedida.
"Creo que he vivido todas las fases menos la de la integración. De hecho, he intentado mantener una distancia emocional y muchas veces lo he conseguido gracias a la barrera que simbolizaba la cámara con la que estuve grabando toda la estancia", explica. Sin embargo, el momento de la despedida fue demasiado emotivo: "La fiesta de despedida fue uno de los momentos más emocionantes. Pusimos un poco de música y todos bailábamos, jugábamos, cuando los niños con los que había tenido más relación venían a despedirse era inevitable emocionarse".
Todavía, tal como reconoce Muñoz, queda mucho por hacer, pero ese es el testigo que recogerán "los próximos cooperantes que vayan al campamento de Kabanga, que se encontrarán con una situación muy distinta a la de este año".