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Jesús Torquemada

Análisis

Juncker está cuerdo, el califa está loco

Jesús Torquemada

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El presidente de la CE dijo que la religión no debe ser excusa para negarse a acoger refugiados. Hungría, Eslovaquia o Polonia no quieren sirios porque son musulmanes.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dio ayer un discurso claro y valiente sobre el tema de la inmigración. "En Europa todo el mundo ha sido refugiado en algún momento", dijo, recordando la turbulenta historia europea. Y por eso, añadió, Europa debe acoger ahora a los que huyen de las guerras en otros lugares, como Siria.

Fue más allá: dijo que la religión no debe ser una excusa para negarse a acoger a refugiados. Se refería a los dirigentes de algunos países, como Hungría, Eslovaquia o Polonia, que han dicho que no quieren acoger a los sirios porque son musulmanes. Curiosamente, el Estado Islámico también está en contra de esa emigración. En el último número de su revista, los yihadistas dicen que los musulmanes que huyen a Europa cometen un grave pecado, porque ponen en peligro la religión de sus hijos. Que sus hijos perderán el Islam y se harán cristianos o, lo que es peor, ateos, y que se entregarán al alcohol y al sexo. Que lo que tienen que hacer es emigrar al califato, es decir, al territorio que el Estado Islámico controla en Irak y Siria. Pero lo que muchos sirios están haciendo es, precisamente, huir del califato y de la brutalidad de los yihadistas.