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Felipe Etxebarria

ANÁLISIS

Con la elección de Sunak las turbulencias no han acabado

FELIPE ETXEBARRIA

FELIPE ETXEBARRIA

La opción de Rishi Sunak cono jefe del Partido Conservador y primer ministro del Gobierno británico es un hito, no solo para el Reino Unido, sino también para el resto de los países europeos que cuentan con una gran inmigración.

Pero para estas consideraciones no hay tiempo que perder en el Reino Unido. La tarea que le espera a Sunak es monumental.

El drama británico parece, de nuevo, que se ha acabado, y la gente se pregunta si será ya el final. Con Rishi Sunak los conservadores británicos han elegido al candidato más capaz, pero su labor comienza con la sombra de numerosos problemas por resolver, y no solo económicos.

El hecho de que los partidarios de Johnson, irritados por su retirada, pidan ahora la convocatoria de nuevas elecciones hacen prever que todavía habrá turbulencias dentro del partido.

Sunak aporta cierta calma al agitado Partido Conservador, pero tendrá que resolver numerosos asuntos. En situación normal, se conceden 100 días de gracia a los mandatarios que llegan al poder, y se espera que así sea también en el caso de este hijo de inmigrantes indios. El primero que se hace con el poder en el Reino Unido. Esto es un hito, no solo para el Reino Unido, sino también para el resto de los países europeos con una fuerte inmigración.

Pero ahora mismo, no hay tiempo en Londres para esas consideraciones. En este momento la economía británica va cuesta abajo, a lo que hay que añadir las consecuencias del 'Brexit', la política contra la covid financiada con deuda pública, la guerra de Ucrania y las consecuencias del mini-presupuesto de su predecesora Liz Truss. Se esperan medidas de emergencia que hay que tomarlas cuanto antes.

Quien fue ministro de finanzas con Boris Johnson tiene que hacer frente a una inflación de dos dígitos, la baja productividad, falta de mano de obra en sectores clave y estabilizar las relaciones con la UE, superando el desacuerdo de Boris Johnson en torno al protocolo de Irlanda del Norte.  

Antes de afrontar todos esos retos, tendrá que concitar la convergencia de los distintos sectores en un partido profundamente dividido por la crisis política y económica.