Las cajas vascas aseguran cumplir ya con las exigencias del Gobierno

En Euskadi nos encontramos con cinco entidades que utilizan el nombre de caja: las de los tres territorios, con un Consejo de Administración en donde tienen cabida políticos, sindicalistas y trabajadores entre otros; y Caja Laboral e Ipar Kutxa. Estas últimas son cooperativas de crédito: los empleados son los propietarios y en su dirección no toman parte los partidos políticos.

De las cinco, cuatro han salido hoy a la palestra para recalcar que cumplen de sobra con los nuevos requisitos de mayor solvencia estándar; y por lo tanto no tienen previsto pasar por dificultades que obliguen a la nacionalización parcial planteada por el gobierno español.

Sólo la BBK ha optado hoy por el silencio oficial. Los últimos datos de la entidad vizcaína y su comparación con las nuevas exigencias de capital, se refieren al momento anterior a la compra de CajaSur, sin que se refleje por lo tanto, el lastre de esa adquisición.

Tampoco se conocen las cifras a día de hoy de Banca Cívica, fusión fría a la que pertenece Caja Navarra, y que está pasando por más dificultades de las previstas.

Así las cosas, las cajas vascas consultadas insisten en que no tienen previsto cambios de estrategia de última hora. Caja Laboral e Ipar Kutxa no se reconvertirán en bancos, y apuestan por mantener su estructura tradicional. Tampoco prevén fusiones a corto o medio plazo.

De las otras, BBK y Caja Vital sí que podrían cerrar en breve su proyecto de fusión fría, aunque la caja vizcaína tampoco ha querido hoy hacer comentarios al respecto.

La Kutxa guipuzcoana, en declaraciones a Radio Euskadi, insiste en quedarse aparte, mientras no se dé una fusión a tres bandas con todas las garantías.

De esta forma, la entidad guipuzcoana da a entender que si BBK y Vital firmaran algo en pocos días, ellos no entrarán y se mantendrán como caja en solitario.