Economía -
El acuerdo, aprobado
Fin del conflicto laboral de Metro Bilbao tras año y medio de paros
Los trabajadores del Metro han respaldado por amplia mayoría el acuerdo logrado el lunes entre sindicatos y dirección.
Redacción
El pacto alcanzado entre la dirección y los sindicatos de Metro Bilbao sobre las cuestiones laborales que les enfrentaban, que ha sido avalado este miércoles por la asamblea de trabajadores de la compañía, ha llegado casi un año después de iniciarse una serie de paros en el suburbano.
Coincidiendo con las primeras reuniones entre las partes en el Consejo de Relaciones Laborales (CRL) que han culminado con el acuerdo citado, el pasado 27 de abril se desarrolló el último de los paros parciales convocado por el comité de huelga del metro, once meses después del inicio -el 25 de mayo del pasado año- de unos paros que han causado trastornos a miles de ciudadanos.
La prolongación de este conflicto motivó la invitación del presidente del CRL, Tomás Arrieta, a las partes para que buscasen una solución en ese foro, lo que finalmente ha dado frutos. Ha sido un largo período de conflictividad -con una veintena de paros convocados- en el que los desencuentros entre los sindicatos y los gestores de Metro Bilbao se han sucedido en las mesas de negociación, ante los medios de comunicación y también en los tribunales, obligados en varias ocasiones a posicionarse sobre las desavenencias entre ellos. En realidad, la conflictividad laboral en el suburbano se remonta a finales de 2010.
Dirección y sindicatos de Metro Bilbao firmarán este jueves en el seno del CRL el acuerdo que pone fin a meses de conflicto laboral, después de que el 86,5% de los trabajadores que han participado en las asambleas de mañana y de tarde hayan ratificado el texto. El documento ha sido rechazado por un 7% de los asambleístas, mientras otro 6% no se ha pronunciado, según han informado fuentes sindicales. .
Además del acuerdo sobre los cinco grandes temas polémicos, las partes han consensuado un sexto punto por el que van a encontrarse mensualmente la dirección de la empresa y un representante de cada sindicato, para que la opinión sindical pueda ser tenida en cuenta para cualquier decisión que tenga repercusión sobre la plantilla.