Internacional -
Matanza de Newtown
Obama insta a un cambio social un año después de la matanza de Newtown
En 24 estados de mayoría republicana de Estados Unidos hoy es más fácil acceder a las armas. Las víctimas de Newtown reclaman medidas urgentes.
Redacción
El presidente de EE.UU., Barack Obama, insta a seguir luchando por un "cambio" social que haga al país "más seguro", en un mensaje para conmemorar el primer aniversario de la matanza de Newtown donde murieron 20 niños y 6 adultos.
Las reformas prometidas por Obama para endurecer el control sobre las armas de fuego han fracasado en el Congreso, y en 24 estados de mayoría republicana hoy es más fácil acceder a las armas. Las víctimas de la violencia reclaman medidas urgentes.
"Aún no hemos hecho lo suficiente para hacer que nuestras comunidades y nuestro país sean más seguros. Tenemos que hacer más para evitar que las personas peligrosas puedan conseguir un arma tan fácilmente", dijo Obama en su tradicional mensaje sabatino, dedicado esta vez a recordar la tragedia de la escuela Sandy Hook de Newtown.
El 14 de diciembre de 2012, esa localidad "tranquila y apacible fue destrozada por una violencia inenarrable", rememoró.
Según Obama, "el verdadero cambio" no vendrá de los políticos en Washington, sino "del pueblo estadounidense".
No podemos evitar todo acto de violencia (...), pero si queremos vivir en un país donde podamos ir a trabajar, enviar a nuestros hijos a la escuela y caminar por las calles libres de miedo, tenemos que seguir intentándolo", insistió el presidente.
Las tragedias como la de Newtown "deben terminar y para acabar con ellas tenemos que cambiar", pidió el mandatario.
Hace un año, Adam Lanza, un joven de 20 años con problemas mentales, mató a su madre a tiros en la casa donde ambos vivían y luego acudió a la escuela Sandy Hook fuertemente armado con tres armas semiautomáticas, un fusil de asalto y dos pistolas, y abundante munición. Lanza entró en la escuela disparando y mató a la directora y a una psicóloga antes de tirotear en dos clases a sus ocupantes, con el resultado final de 26 muertos (veinte niños de 6 y 7 años, y seis adultos). A continuación se suicidó.