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Elecciones generales

Cinco claves para entender las elecciones del Reino Unido

El país se asoma a un escenario ingobernable en el que también está en juego su permanencia en la Unión Europea.

El primer ministro británico, el conservador David Cameron. EFE
El primer ministro británico, el conservador David Cameron. EFE
El primer ministro británico, el conservador David Cameron. EFE

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El peculiar sistema electoral británico, una fábrica de mayorías absolutas

En todo el país hay 650 circunscripciones electorales, y en cada una de ellas se elige a tan solo un diputado. El candidato más votado se queda con el escaño, y el segundo se va de manos vacías, aunque haya perdido por un voto de deferencia.

Podría ocurrir, por ejemplo, que un partido quede segundo en todas las circunscripciones y que en total consiga casi tantos votos como el primero. Pues bien, no obtendría ningún escaño, y el otro partido se llevaría todos.

Este sistema electoral, instaurado para que se formen mayorías estables, ha supuesto que la ciudadanía británica esté poco acostumbrada a ver coaliciones, aunque ya sucedió así en 2010, con la coalición entre conservadores y liberal-demócratas.

Las encuestas dibujan un escenario ingobernable

Según las encuestas, las dos formaciones mayoritarias del Reino Unido, conservadores (actualmente en el poder con el primer ministro David Cameron) y laboristas (encabezados por Ed Miliband) parten empatados en intención de voto, ambas con cerca del 34% de apoyo, y no obtendrían apoyo suficiente para formar gobierno en solitario.

En este contexto, podría ser clave el Partido Nacionalista Escocés (SNP), que aspira a llevarse la mayoría de los 59 escaños reservados para la región en la Cámara de los Comunes.

Los liberal-demócratas de Nick Clegg, actuales socios de Cameron en el Gobierno, podrían ver reducidos sus escaños al pasar de 57 a 27 diputados, aunque mantendría un importante cupo de influencia, mientras que el eurófobo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) podría obtener el 13 % de los votos, pero solo lograría unos 3 representantes.

Posibles pactos

El Parlamento británico está formado por 650 escaños, casi tantos como el de la Unión Europea (750). Para formar gobierno, por lo tanto, serán necesarios alcanzar 326, pero conservadores y laboristas, únicas fuerzas que podrán aspirar a liderar el gobierno, podrían quedarse en unos 271.

En este contexto, los liberal-demócratas previsiblemente se ofrecerán de nuevo al partido ganador, aunque su apoyo no será suficiente para alcanzar la mayoría absoluta, si se cumplen las predicciones de las encuestas.

Los nacionalistas escoceses, que sí podrían decantar la balanza hacia uno u otro lado, no pactarán con los conservadores, ya que se han puesto como objetivo desbancar a David Cameron. Sí podrían ofrecerse a los laboristas, aunque en este caso es el propio Miliband quien ha descartado esta opción: "No habrá un Gobierno laborista si eso significa tratos o coaliciones con el SNP", aseguró la semana pasada. Habría que ver si sería posible.

A su vez, los liberal-demócratas han adelantado que no entrarán en un Gobierno pactado con los nacionalistas escoceses o el UKIP. Vamos, un sudoku de difícil solución.

Existe otro factor a tener en cuenta: si el Sinn Fein norirlandés no toma posesión de los escaños que consiga, como acostumbra, la mayoría parlamentaria se reduciría en varios escaños. En 2010, obtuvo 5.

Aunque no existe ningún límite temporal escrito para la formación de gobierno, la fecha marcada en rojo en el calendario es el 18 de mayo: día de la primera sesión del nuevo Parlamento. En 2010, conservadores y liberaldemócratas resolvieron su alianza en cinco días.

¿Qué ocurre si el líder un partido no obtiene escaño?

Como hemos explicado anteriormente, tan solo el líder más votado de cada circunscripción logra representación, por lo que ni David Cameron, ni Ed Miliband, ni Nick Clegg, ni ningún otro líder político tiene garantizado obtener escaño. Solo si es el más votado en su circunscripción.

De esta forma, incluso un aspirante a primer ministro debe lograr antes la victoria en la circunscripción por la que se presenta. En el caso de no tener a su aspirante oficial a 'premier' en la Cámara de los Comunes, el partido más votado debería elegir a un líder alternativo de forma provisional. La reina convocaría entonces a esta persona para consultarle sobre las opciones de gobierno y su formación debería elegir, ya de forma definitiva, a su nuevo líder.

Las encuestas no garantizan la victoria en su circunscripción al líder liberaldemócrata, Nick Clegg, que se presenta por la ciudad inglesa de Sheffield. Otros dirigentes como el líder del Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, también podrían quedarse fuera. La permanencia del Reino Unido en Europa, en juego

La Unión Europea se juega mucho en las elecciones británicas de hoy, ya que una victoria de los conservadores y un aumento de los votos del eurófobo UKIP podría ser perjudicial para sus intereses.

Hay que recordar que David Cameron, actual primer ministro y líder de los conservadores, ha prometido que si vuelve a formar Gobierno convocará un referéndum dentro de dos años para que los británicos decidan si quieren salirse de la Unión Europea. Ya prometió un referéndum de independencia en Escocia y finalmente lo llevó a cabo, por lo que no hay razón para pensar que vaya a echarse atrás en este asunto.

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