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ELECCIONES 3N

Biden, el equilibrista que busca domar a la izquierda en EE. UU.

Busca apelar a dos sectores demográficos que serán claves en las elecciones de 2020: la comunidad afroamericana y los votantes blancos de clase trabajadora.

Joe Biden. Imagen: EFE
Joe Biden
Joe Biden. Imagen: EFE

EFE

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Euskaraz irakurri: Biden, AEBetan ezkerra heztea bilatzen duen orekaria

El exvicepresidente y "amigo" de Barack Obama, Joe Biden, hizo imponer su experiencia y moderación para presentarse como el candidato demócrata ideal para batirse al presidente de EE. UU., Donald Trump, en las elecciones de noviembre, a lo que suma la histórica selección de Kamala Harris como compañera de fórmula.

Después de que su campaña se diera prácticamente por muerta en febrero, Biden resurgió de las cenizas con una gran victoria en Carolina del Sur y arrasar en el llamado "supermartes" en los estados sureños de Alabama, Oklahoma, Tennessee, Virginia, Carolina del Norte y Arkansas.

"Estoy aquí para informarles: ¡Estamos muy vivos! No se equivoquen al respecto", exclamó en marzo un eufórico Biden en un mitin.

"Hace solo unos días -continuó- la prensa y los tertulianos declararon esta campaña muerta. Estamos creando una campaña que puede unir al partido y batir a Donald Trump".

El amigo de Obama y compañero de Kamala

Biden, de 77 años, esgrime con insistencia sus ocho años al lado de su "amigo" Barack Obama en la Casa Blanca, como la guinda a una dilatada trayectoria política en el Senado de EE. UU. (1973-2009).

Suele recordar, además, sus orígenes humildes en Scranton (Pensilvania) -su padre era vendedor de automóviles- en pleno corazón del cinturón industrial, que en 2016 dio la espalda a los demócratas y se decantó por Trump.

Con ello busca apelar a dos sectores demográficos que serán claves en las elecciones de 2020: la comunidad afroamericana y los votantes blancos de clase trabajadora, cuya confluencia permitieron las holgadas victorias del demócrata Obama en 2008 y 2012.

A ello se sumará su histórica selección de Kamala Harris, senadora por California, como su compañera de fórmula presidencial.

Harris, de 55 años, es la primera mujer indoamericana en ser nominada a la vicepresidencia por uno de los dos grandes partidos, y con la que Biden busca aportar energía a su imagen de curtido y veterano político.

Moderar el izquierdismo

En las primarias progresistas el aspirante presidencial demócrata tuvo que hacer frente a un adversario interno insospechado hace apenas una década: el fulgurante ascenso del ala más izquierdista dentro del partido encarnada por el senador Sanders, que le acusa de carecer de la valentía para enfrentarse a los poderes establecidos, como el financiero de Wall Street, y de no querer llevar a cabo los cambios estructurales que requiere el país.

La congresista Alexandria Ocasio-Cortez, una de las estrellas progresistas en ascenso y que hace campaña por Sanders, ha reconocido la creciente grieta en el seno de los demócratas al asegurar que "en cualquier otro país sería impensable" que Biden y ella estuviesen "en el mismo partido político".

El exvicepresidente, por su parte, se ha encargado de reforzar su imagen de pragmático moderado, en contraste con la ambiciosa propuesta de Sanders de implementar un sistema de sanidad universal en EE. UU.

Precisamente, Sanders y Ocasio-Cortez, que han reconocido sus notables diferencias con Biden, han reconocido que lo principal ahora es sacar a Trump de la Casa Blanca y mostraron su apoyo explícito con intervenciones esta semana durante la convención.

Carisma "virtual"

El carisma es otro de sus puntos fuertes, algo que demuestra en sus cálidas y espontáneas interacciones con los ciudadanos, pero la inusual situación derivada de la pandemia del coronavirus supone un obstáculo.

Biden no realizará ningún acto masivo de campaña fuera de Wilmington (Delaware), localidad en la que reside, y ha concentrado todos sus esfuerzos en desarrollar una campaña virtual constante, lo que ha favorecido, paradójicamente, controlar una de sus principales marcas de la casa: sus frecuentes meteduras de pata verbales.

Sin embargo, también ha estado en la vanguardia de su partido y ha espoleado cambios que ahora enorgullecen a su partido: en 2012, afirmó que se encontraba "absolutamente cómodo" con el matrimonio homosexual, lo que forzó a Obama a acelerar su apoyo explícito a esas uniones y contribuyó a su legalización final por parte del Tribunal Supremo en 2015.

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