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ELECCIONES ISRAEL
Netanyahu contra las cuerdas ante una jornada electoral decisiva para su futuro
Hoy se celebran los cuartos comicios en dos años; las encuestas dan la victoria al Likud de Netanyahu, aunque el bloque de oposición podría superarle en escaños y arrancarle del poder.
O.P. | EITB MEDIA
Euskaraz irakurri: Netanyahu ataka estuan bere etorkizuna erabakiko duen hauteskunde egunean
Israel afronta hoy su cuarta jornada electoral en cuatro años, los más caros de su historia, marcados por las medidas anti-coronavirus y con la apertura de centros especiales para garantizar el voto de contagiados y aislados. A las 07:00h en Israel se han abierto las urnas y han empezado a votar las y los primeros ciudadanos de los más de 6 millones de israelíes mayores de 18 años que están llamados a votar.
Las encuestas auguran la victoria al propio Netanyahu, que confía en ganar hoy, aunque, según parece, no obtendrá el margen esperado, especialmente en respuesta a la rápida y eficaz gestión de las vacunas contra la covid-19. Según los sondeos previos, Likud quedará lejos de una mayoría absoluta, ya que, según la televisión pública Kan, Netanyahu puede obtener 31 de los 120 escaños, resultados que llevarán a tener que formar coalición y lograr 30 escaños más para poder gobernar. El partido de centro-izquierda Yesh Atid apunta como segunda fuerza, con 19 escaños. Los liberales Nueva Esperanza y el partido de ultra-derecha Yamina empatarían con nueve escaños, y Lista Árabe Unida mantendría los ocho escaños que obtuvo en los anteriores comicios.
Los votos de la ciudadanía israelí se dividen en cuatro grandes grupos de partidos: los de derecha, los de izquierda, los religiosos y los árabes, y no es de esperar un número considerable de trasvase de votos. Por lo tanto, los resultados puede derivar en los siguientes escenarios: por una parte un escenario de coaliciones, bien en torno a Netanyahu, bien en contra. Según la encuesta del Canal 11 el bloque contrario a Netanyahu lograría 56 escaños, mientras que el bloque de Netanyahu lograría 51 escaños. Ninguna de las dos coaliciones alcanzaría así los 61 asientos necesarios para garantizarse una mayoría.
La clave puede estar en el partido Yamina de Naftali Benet, quien no se ha inclinado por ninguno de los bloques y podría así convertirse en partido bisagra, aunque parece más inclinado a sacar a Netanyahu del poder.
El otro escenario posible es que no lleguen a cuajar dichas coaliciones, situación que acarrearía una nueva llamada a urnas, probablemente en septiembre, por quinta vez en dos años y medio, persistiendo así en el bucle electoral en el que se encuentra sumido el país.
Likud ya ganó las elecciones de marzo de 2020, obteniendo 36 escaños. Entonces, formó un Gobierno de unidad nacional con el partido de centro-derecha Azul y Blanco, con Benny Gantz al frente. El acuerdo establecía una presidencia rotatoria. Netanyahu sería el jefe del gabinete durante 18 meses, y Gantz los 18 siguientes. Sin embargo, Netanyahu interpuso desde su posición de primer ministro nuevas exigencias no previstas en el pacto, con la consiguiente ruptura de coalición gubernamental, a pesar de lo cual le correspondía el derecho a continuar en su puesto. Este movimiento fue interpretado por la oposición como una clara estrategia “para mantenerse en el poder a toda costa”.
El actual bucle electoral no es el único fenómeno sin precedentes que se registra en el Estado judío, donde tampoco nunca un primer ministro había permanecido en el puesto 15 años, como Netanyahu. Así mismo, Netanyahu se convirtió en mayo de 2020 en el primer jefe del Ejecutivo en ser sometido a un juicio por casos de corrupción mientras ocupa el cargo.