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Disturbios
Ascienden a 72 los fallecidos en los disturbios en Sudáfrica
El encarcelamiento del expresidente Jacob Zuma ha dado lugar a disturbios y saqueos masivos. Los dirigentes políticos admiten que la situación "es caótica", y apelan a los civiles para impedir la violencia.
EITB MEDIA
Euskaraz irakurri: 72 dira dagoeneko Hegoafrikako istiluetan hildakoak
La oleada de disturbios y saqueos masivos que están teniendo lugar Sudáfrica desde la semana pasada por el encarcelamiento del expresidente Jabob Zuma por desacato acumula ya 72 muertos y 1234 detenidos, mientras la Policía y el Ejército unen fuerzas para estabilizar las zonas afectadas.
Los graves incidentes se concentran en dos regiones: la oriental provincia de KwaZulu-Natal y el corazón político y económico de la nación más desarrollada de África, la provincia de Gauteng, donde se encuentran Johannesburgo y Pretoria.
Los incidentes comenzaron el pasado viernes en KwaZulu-Natal. El expresidente Jacob Zuma fue condenado a 15 meses de cárcel por desacato judicial al haberse negado repetidamente a declarar por corrupción.
Despliegue militar
Hasta el momento el balance de víctimas mortales asciende a 72, según los últimos datos difundidos por la Policía sudafricana, que también ha confirmado un total de 1234 detenciones. Ante esta situación, la Policía necesito del apoyo de 2500 soldados.
En este sentido, las autoridades sudafricanas han apelado a las comunidades y los líderes sociales para que los civiles se organicen para impedir y desalentar los saqueos y la violencia.
Disturbios indiscriminados
Aunque el exmandatario se entregó pacíficamente a las autoridades a última hora del miércoles, Zuma había estado insistiendo previamente en que era víctima de una persecución político-judicial y en que la pena de prisión sería para él una "sentencia de muerte".
En ese contexto, sus simpatizantes salieron a cortar carreteras como muestra de apoyo. En los días siguientes las protestas se extendieron a otras zonas, especialmente en el área de Johannesburgo.
Para el fin de semana se habían transformado ya en una caótica oleada de disturbios. Las movilizaciones enlazan con problemas preexistentes: la extrema desigualdad, los elevados niveles de criminalidad y la pandemia de la covid-19.
El presidente ha advertido de que la caótica situación va a impactar en la seguridad alimentaria y sanitaria del país, además de suponer un severo revés para la recuperación económica y para el avance del plan de vacunación contra el coronavirus.