Internacional -
Análisis
La difícil misión de Kofi Annan
Kofi Annan tendrá que usar toda su habilidad diplomática para conseguir un éxito en la misión que le ha encargado la ONU: lograr el fin de la violencia en Siria.
Jesús Torquemada
Kofi Annan fue secretario general de la ONU entre 1997 y 2006. En 2001 recibió el Premio Nobel de la Paz, aunque el premio no era para él personalmente, sino para la ONU. El actual secretario general, Ban Ki-moon, ha sido quien le ha hecho el encargo en nombre de la ONU y de la Liga Árabe. Lo lógico hubiera sido enviar a un embajador árabe, pero el Gobierno sirio no quiere ver a ningún árabe por allí, porque la mayoría de los gobiernos árabes están presionando para derribar al presidente de Siria, Bashar El Assad.
En realidad, Damasco tampoco quiere ver a nadie de la ONU, porque los informes que está haciendo la Comisión de Derechos Humanos de la ONU están acusando al régimen sirio de violaciones muy graves de los derechos humanos.
Sin embargo, Assad no va a tener más remedio que recibir a Kofi Annan, porque no se atreve a romper del todo con la ONU; eso pondría en una situación diplomática muy incómoda a sus dos principales valedores, Rusia y China. De todas maneras, Annan no tiene prácticamente ninguna posibilidad. Assad no va a aceptar dejar el poder mediante unas negociaciones, y tanto la oposición siria como la mayoría de los gobiernos del mundo lo que exigen es precisamente eso, que se vaya.