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Crónicas desde Boise
La idea de la fundación Cenarrusa nació entre miles de ovejas
Existe una estrecha relación entre los vascos y las ovejas en Idaho. Hoy en día, una matrícula rinde homenaje a esa relación recordando a los primeros vascos que llegaron a trabajar como pastores.
Igor Lansorena / eitb.com
Había muchas ovejas alrededor la primera vez que Pete Cenarrusa pensó en crear una organización para promover la cultura vasca. No podía haber sido de otro modo. Fue el pastoreo lo que trajo a los primeros vascos a Idaho en busca de oportunidades, incluido el padre de Pete, José Cenarrusa.
Aunque la minería era también otra de las oportunidades para los recién llegados a Estados Unidos, la mayoría de los vascos que llegaron a Idaho se dedicaron a cuidar ovejas. Esta vez, el destino de Pete también estaba ligado a las ovejas.
Fue en Ketchum, Idaho, durante la celebración del Festival de la Marcha de las Ovejas. Situadas en el camino que los pastores seguían con sus rebaños para cambiar de los pastos de verano en las montañas a los pastos de invierno, las ciudades de Ketchum y Hailey celebran todos los años este festival en honor a la tradición pastoril.
Pete Cenarrusa estaba allí, rodeado por casi 2.500 ovejas, disfrutando del festival junto con John Bieter, profesor de la universidad de Boise State, que había estado dando una conferencia sobre la historia de los vascos en Idaho en la biblioteca de Hailey.
Allí pensaron por primera vez en comenzar un programa educacional sobre los vascos en la Universidad de Boise State. "Eso seria fantástico. Ayudaré a financiarlo", dijo Pete".
Centro de Estudios Vascos
De vuelta en Boise y unos meses más tarde, se fundó el Centro de Estudios Vascos. "Las personas que comenzamos fueron John Bieter y yo mismo, Freda, Roy y Miren Eiguren, Miren Artiach, Joseba Chertudi, Patty Miller y Jill Aldape", recuerda Pete en una entrevista en exclusiva para eitb.com.
El objetivo fundacional del centro era preservar, educar y comunicar a la comunidad vasca con el mundo a través de la investigación y proyectos educativos estableciendo un departamento de Estudios Vascos en la universidad de Boise State.
Sin embargo, había algunas diferencias de criterio dentro del centro. Mientras que los objetivos del centro estaban totalmente orientados hacia la Universidad de Boise State, algunos miembros querían colaborar con otros grupos y organizaciones también.
"Lo que queríamos hacer con el dinero que pudiéramos recaudar era apoyar a todas las demás organizaciones vascas también", nos dice la mujer de Pete, Freda.
"Necesitábamos no sólo lo que teníamos en la Universidad de Boise State, sino también una fundación para la cultura vasca, llegar a otras comunidades como Homedale Mountain Home, Gooding, Notario, Oregon, Sun Valley y otros sitios con centros vascos," añade Pete.
Fundación
Así nació la Fundación Cenarrusa para la Cultura Vasca. Desde entonces, ha apoyado la cultura y las tradiciones vascas proveyendo de recursos y de todo tipo de ayuda a organizaciones de Idaho y Oregon. A parte del dinero que la fundación recibe de donaciones, organizan la Barbacoa de Pete y Freda, una cena benéfica anual en la cual los grupos que han recibido las becas de la fundación explican sus proyectos.
Sin embargo, estos no son las únicas maneras en las cuales recaudan fondos. Una matrícula en la cual se ve un karrokanpo, las típica carreta en la cual los pastores vascos vivían durante su estancia en las montañas, es otra de sus fuentes de ingresos. La fundación recibe 25 dólares por cada nueva matrícula y 15 cada vez que se renueva.
Julia Bengoechea, hija de un pastor vasco, tuvo la idea de contar con una matrícula que rindiera homenaje a los pastores vascos, hizo el diseño y la llevó al Departamento de Transporte de Idaho. Sin embargo, no recibió el apoyo necesario ya que algunos miembros del senado argumentaban que había demasiadas matriculas especiales.
Entonces habló con Pete, que ya no era secretario de estado, pero todavía tenía muy buenos amigos entre los miembros del senado. "Cuando hubo que votar, la mayoría de ellos dijeron: si piensas que voy a votar en contra de lo que Pete quiere, estás loco," nos explica Pete.
"Debido a que el hecho de que Pete le ayudara fuera tan decisivo para su aprobación, Julia dijo que cualquier dinero que se ganara con aquello debía repercutir en la fundación", nos cuenta Freda.
Futuro
Ya no quedan pastores vascos en Idaho pero la presencia vasca en el estado es más intensa que nunca. Pete y Freda ayudan a que así sea a través de la fundación.
Para ellos, el futuro está lleno de nuevos retos. "Queremos seguir adelante y ayudar a mantener la cultura e identidad vascas. Necesitamos la ayuda de más centros vascos, un programa que nos haga llegar a más comunidades," dice Pete. Estoy seguro de que lo harán.
* Artículo publicado en eitb.com el 4 de junio de 2009