Política -
Francia
Manuel Valls supera la moción de confianza en el Parlamento francés
El primer ministro francés ha recibido el apoyo de 269 diputados; 244 han votado en contra. Además, ha habido 53 abstenciones, de la cuales una treintena han llegado desde las filas socialistas.
Redacción
El Parlamento francés otorgó hoy su confianza al nuevo Gobierno de Manuel Valls con 269 votos a favor, 244 en contra y 53 abstenciones, de las cuales una treintena procedió de las filas socialistas.
El resultado contrasta con los 306 votos a favor que recibió en abril y fue superado por una mayoría relativa y no absoluta, lo que en palabras del líder de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), Christian Jacob, supone "más que una advertencia", la supuesta constatación de que "sus días están contados".
De los 566 diputados presentes, votaron 513 y se pronunciaron en contra, además de la UMP, la Unión de Demócratas e Independientes (UDI), mientras que los ecologistas se abstuvieron en su mayoría y el grupo Radical, Republicano, Demócrata y Progresista (RRDP) le dio su respaldo.
Los diputados socialistas rebeldes se integran dentro de una corriente crítica con las reformas económicas gubernamentales, que consideran que han tomado un giro liberal que no respeta el programa electoral.
El primer ministro socialista no estaba obligado a someterse a la moción, pero con ella busca legitimidad en un intento de recuperar la fuerza tras una "rentrée" marcada por una situación económica delicada y la crisis gubernamental de finales de agosto, que llevó a la remodelación del Ejecutivo.
La rebelión en las filas socialistas estalló el pasado mes de agosto, con las duras críticas de los entonces ministros de Economía, Educación y Cultura a la política económica del presidente francés, François Hollande.
Ello obligó a Valls a diseñar un nuevo Gobierno, que presentó el pasado 26 de agosto, y que apenas registró cambios respecto al anterior, a excepción de los nuevos titulares de las carteras de Economía, Educación y Cultura.
Hollande vive uno de sus peores momentos en su carrera política. Su popularidad ha alcanzado un nuevo mínimo histórico (13 por ciento) en medio del estancamiento de la economía francesa y de la publicación del libro de su ex mujer Valerie Trierweiler, en el que cuestiona su visión socialista.