Política -

Análisis

Elecciones regionales, voto de castigo

Los franceses han dado un voto de castigo a Sarkozy en las elecciones regionales, pero también al sistema político en su conjunto.

Jesús Torquemada

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Los franceses han aprovechado las elecciones regionales para dar un voto de castigo al presidente Nicolas Sarkozy. Con los resultados de ayer, y salvo que pasen cosas muy raras en la segunda vuelta, casi todas las regiones francesas seguirán en manos de la izquierda, mientras la derecha sigue teniendo el Gobierno central.

Pero castigo también al sistema político en su conjunto, a través de una abstención récord en un país que se caracteriza precisamente por el alto nivel de debate y de participación ciudadana en los asuntos políticos.

Y ese castigo también se nota en que los dos partidos principales, la Unión para un Movimiento Popular y el Partido Socialista, suman ya menos del 60% de los votos, mientras los ecologistas por un lado y los ultraderechistas por otro se asientan en la franja del 10-15%.

La desmovilización puede deberse también en parte a que la regionalización, instaurada en 1982 como una forma de descentralizar un poco el poder en un Estado tan centralizado como es Francia, no ha acabado de calar entre la gente.

Las regiones sólo tienen competencias menores, como el transporte de cercanías o la educación secundaria, y muchos franceses no saben el nombre de su presidente regional. Sarkozy, va a decir, lógicamente, que éstas son unas elecciones regionales y que la derrota de su partido no tiene consecuencias para el Gobierno central.

Los socialistas, por el contrario, van a exagerar el desgaste del Gobierno. Lo malo es que ninguna de las dos fuerzas principales va a analizar a fondo cómo arreglar el malestar político de los franceses.

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