Política -

Audiencia Nacional

Juzgado por alegrarse en Tuenti del asesinato de dos guardias civiles

La fiscal del caso sostiene que los comentarios vertidos por el acusado podrían ser constitutivos de un delito de menosprecio o humillación a las víctimas del terrorismo.

Redacción

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La Audiencia Nacional juzga a un internauta que se enfrenta a un año y medio de cárcel al ser denunciado por la red social Tuenti después de que en varios comentarios escritos entre julio y agosto de 2009 jaleara y mostrara su alegría por el asesinato de los guardias civiles Carlos Sáez de Tejada y Diego Salvá Lezaún, que se produjo el 30 de julio de 2009 en Palma de Mallorca.

La fiscal Ana Noé sostiene en su escrito provisional de acusación que los comentarios vertidos en Tuenti por el acusado, Alberto Ortega Rivas, podrían ser constitutivos de un delito de menosprecio o humillación a las víctimas del terrorismo, contemplado en el artículo del Código Penal que también persigue el enaltecimiento.

El usuario, que utilizaba el sobrenombre de "Alberto Asturias Dixebra", compartió con el usuario "Gora Euskal Herria", que no ha podido ser identificado, un mensaje privado y otros cuatro públicos en los que mostraba su satisfacción por el atentado terrorista. "Esos las buscan y los picolos vuelan, jajaja", decía en uno. "¨A la cárcel? Mejor volar como los picolos de Mallorca", añadía después.

De igual modo, comentó una fotografía en la que aparecían varios ertzainas apagando un incendio. "Una pena que no ardiesen ellos", afirmaba. Sobre otros agentes de la policía autónoma vasca escribió: "A ver si acaben como los picolos d mallorca. Puxa Euskal Herria Llibre y Socialista, Que siga la llucha (sic)". "Estoy contigo Alberto, un tiro en la nuca y adiós", le respondió su amigo. "Claro que a todos. Sean zipaios, picolos, munipas o policía española", añadió el acusado.

Tras ser denunciados por la propia compañía Tuenti Technologies, el juez Fernando Andreu pidió a dos compañías proveedoras de Internet que facilitaran las direcciones IP de los usuarios, aunque sólo fue posible determinar la de Alberto, que utilizaba el ordenador del domicilio familiar, a nombre de su padre.

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