Política -
Homenaje
Berriozar homenajea a Casanova, subteniente asesinado por ETA
Vecinos de Paz ha organizado varios actos en la localidad navarra para conmemorar el duodécimo aniversario del asesinato de Francisco Casanova, subteniente del Ejército de tierra.
Redacción
La familia del militar Francisco Casanova, asesinado por ETA hace doce años en Berriozar, se ha visto un año más arropada por un centenar de convecinos y representantes públicos en el homenaje organizado por el colectivo "Vecinos de Paz" en el que se ha pedido "justicia" y "esperanza". Rosalía Saiz-Aja, la viuda de Casanova, quien fue asesinado a tiros en el garaje de su domicilio cuando regresaba del cercano acuartelamiento de Aizoáin donde prestaba servicio como subteniente del Ejército, ha presidido un año más el acto junto a sus dos hijos y el padre de la víctima, Francisco Casanova, quien se ha mostrado muy emocionado.
Hasta Berriozar se han desplazado el vicepresidente y consejero portavoz del Gobierno de Navarra, Juan Luis Sánchez de Muniáin; el ex-presidente del Ejecutivo foral, Miguel Sanz; la delegada del Gobierno en Navarra, Carmen Alba; el presidente del Parlamento foral, Alberto Catalán; y el alcalde de Pamplona, Enrique Maya.
También han acudido otros representantes de UPN, PSN y PPN en la Cámara foral y en ayuntamientos navarros, así como el que fue presidente de la extinta CDN, José Andrés Burguete, junto a autoridades militares y compañeros de Casanova.
Entre los actos de homenaje se ha programado una misa que ha tenido lugar en la parroquia de San Esteban a las 19:00 horas, y le han hecho una ofrenda floral en el monumento 'Puerta de la libertad', levantado en el año 2005 en memoria de Francisco Casanova y el resto de las víctimas del terrorismo.
Los actos en recuerdo del subteniente del Ejército de Tierra han sido programados a iniciativa del grupo Vecinos de Paz, constituido por ciudadanos de Berriozar en repulsa del terrorismo.
El atentado contra Francisco Casanova tuvo lugar el 9 de agosto del año 2000. Casanova fue tiroteado a bocajarro cuatro veces en la cabeza por un presunto miembro de ETA, cuando se disponía a estacionar su coche en el garaje de su domicilio. El subteniente del Ejército, de 46 años, estaba casado y tenía dos hijos.
