Cerrar

Vascos por el Mundo

Vascos por el Mundo

Vascos por el Mundo

VXM...EN RÍO DE JANEIRO

Samba, carnaval, fútbol y playas con cuatro vascos en Río de Janeiro

L.A.| eitb.eus

EiTB

Zigor, Mari Paz, Arantza y Oliver son cuatro vascos afincados en la Ciudad Maravillosa que nos han guiado por esta alegre y excitante ciudad carioca.

  • Nuestros cuatro vascos en Río de Janeiro

    Nuestros cuatro vascos en Río de Janeiro

El reportero de 'Vascos por el Mundo', Pedro Mardones, hace las maletas y vuela rumbo a Río de Janeiro, que llegó a llamarse como Donosti, San Sebastián de Río de Janeiro. A 8.500 kilómetros de Euskadi, la 'Ciudad Maravillosa' fue la capital de Brasil hasta 1960 y sigue siendo la ciudad más turística.

El carnaval más famoso del mundo recibe más de un millón de turistas dispuestos a sambar, pese a que el Sambódromo tiene capacidad sólo para 80.000 personas. Sin embargo, la principal postal de los cariocas sigue siendo el Cristo del Corcovado, una de las siete maravillas del mundo moderno que podrás ver en  'Vascos por el Mundo' lo visitara por tierra, mar y aire.

Los seis millones de cariocas tiñen cada rincón de Río de alegría y color, principalmente de verde y el amarillo, los colores de su bandera. El fútbol es su religión y el Estadio de Maracan -con permiso de San Mamés -, la catedral del futbol mundial.

No puedes irte de Río sin bailar samba y bossa nova y bañarte en las idílicas playas de Copacabana y de Ipanema. ¡Eso sí, llévate el bañador de casa porque los bikinis de hilo dental no son aptos para todo tipo de figuras!

Nuestros vascos

Zigor, embajador de la cocina

Maitre y crossfitero, este gipuzkoano de Soraluze, lleva cuatro años y medio en Río de Janeiro, al que llegó por casualidad. Conoció a sus actuales jefes, Rafa y Malena, mientras trabajaban juntos en Mugaritz. Cuando estos se dispusieron a abrir el restaurante Lasai, con una estrella Michelín, en Río de Janeiro le propusieron embarcarse en la aventura y no lo dudó. A sus 31 años quiere seguir conociendo otros lugares antes de volver a Euskadi. Zigor nos ha mostrado Río de Janeiro y el Cristo Redentor desde el aire, hemos paseado por la famosa playa de Copacabana, por la escalera de Selarón en la que podemos encontrar baldosas procedentes de Euskadi y hemos festejado con los cariocas una victoria de su selección.


Mari Paz, la misionera

Bilbaína de 55 años, llegó Brasil como monja misionera. Tras 8 años en la misión, colgó los hábitos y, tras un período de reflexión de un año en Bilbao, se decidió a volver a Río de Janeiro en 2002 se enamoró de un militar retirado que trabaja en Patrimonio Cultural. Con él tiene tres hijos de 9, 10 y 11 años y en la actualidad viven en Maricá, a 60 km de Río, donde trabaja como profesora en el Liceo Francés. Hemos conocido a su familia en Playa Flamengo y visitado junto a ella el centro de Río de janeiro, en el que encuentran los rascacielos, la Catedral Metropolitana con forma piramidal y el mercado de Uruguayana. Al atardecer hemos subido en tren al Cristo del Corcovado, donde nos hemos hecho el típico selfie y hemos visionado el encendido de luces de la ciudad maravillosa.

Arantza, del Txindoki al Corcovado

Aunque Arantza dejó Amezketa hace 25 años y es profesora de francés, esta gipuzkoana de 55 años lo que más echa de menos es su lengua madre, el euskera. Sus dos hijos, ya universitarios, lo entienden, pero no lo hablan del todo, sólo algunas frases y palabras. Eso sí, han pasado los veranos de su niñez en Euskadi. Llegó a Brasil por amor, ya que se enamoró de un geólogo brasileño que, según ella, conocía mejor Euskadi que ella misma. Con Arantza hemos conocido el Río de Janeiro más verde, que le recuerda al Txindoki, la Lagoa Rodrigo de Freitas, una espectacular laguna de agua salobre, el Pan de Azúcar y el parque Lage, una parte de la inmensa Floresta da Tijuca.


Oliver, el príncipe de la favela

Natural de Tudela, Oliver (35 años) se enamoró de 'la ciudad maravillosa' y de su actual casa siendo turista y no dudó en hacer las maletas y mudarse a Río de Janeiro. Dueño de una editorial, compró su mansión, casa Mykonos, de 120.000 euros en medio de la Favela de Vidigal y montó un albergue de lujo. Es de Osasuna y, aunque está soltero, dice que tiene varias novias. Oliver nos muestra sus tácticas de "ligoteo" en la exótica playa de Ipanema donde hemos visto el anochecer desde la roca de Arpoador. Junto a nosotros Oliver ha pisado por primera vez el césped del Maracaná, donde ha gritado con fuerza "Gora Osasuna".