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Jesús Torquemada

Análisis

Johnson tira la bomba atómica constitucional

Jesús Torquemada

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El Parlamento británico siempre para unos días en septiembre, cuando se celebran los congresos de los partidos, pero suspenderlo durante tanto tiempo es algo excepcional.

La decisión de suspender el Parlamento durante cinco semanas en el Reino Unido es algo así como tirar una bomba atómica constitucional. El Parlamento británico siempre para unos días en septiembre, cuando se celebran los congresos de los partidos, pero suspenderlo durante tanto tiempo es algo excepcional. Como el Reino Unido no tiene una Constitución escrita, todo está sujeto a interpretación; serán los tribunales los que tengan que decidir si la decisión de Johnson es legal o no; en cualquier caso, es una decisión que se ha adoptado muy pocas veces en la historia británica.

El objetivo de Johnson con esta medida es claro: evitar que el Parlamento tenga tiempo para paralizar el brexit salvaje que Johnson quiere. Esto es ahora una carrera contra el reloj hasta el 31 de octubre. Ese día, el Reino Unido quedará automáticamente fuera de la Unión Europea. El 17 de octubre se celebrará una cumbre europea, la última a la que asistirá Johnson, y para entonces será casi imposible paralizar el brexit. Por eso, Johnson ha pedido a la reina Isabel II que pronuncie su tradicional discurso anual en el Parlamento el 14 de octubre. La reina ha aceptado, porque los reyes, en el Reino Unido, siempre hacen lo que les piden sus primeros ministros. Eso solo dejará dos sesiones, el 15 y 16 de octubre, para que el Parlamento intente parar los pies a Johnson.