Nervacero frena su producción por la subida del precio de la luz

Nervacero, en la localidad vizcaína de Trapagaran, frena su producción a consecuencia del inusual aumento del precio de la electricidad registrado en diciembre.

Es el último capítulo de la guerra abierta entre el Gobierno español y las grandes compañías eléctricas por la reforma tarifaria, y que amenaza con importantes subidas adicionales de la factura tanto a hogares como a grandes consumidores industriales, a partir del 1 de enero.

Según la patronal de empresas con gran consumo de energía, AEGE, la vizcaína Nervacero, con 300 trabajadores en su planta de Trapagaran y dedicada a la fabricación de acero para la construcción, es una de las 21 grandes plantas del estado español que se ha visto forzada a detener parte o toda su producción por los altos costes de la electricidad en el mes de diciembre: en los últimos diez días, y sin que nadie pueda aportar una explicación convincente, el precio de la energía en el mercado en el que supuestamente compiten a la baja grandes compañías y comercializadoras, ha subido ni más ni menos que un 60%.

Y hay que tener en cuenta que no es la primera ni la única subida. La industria vasca soporta ya desde hace varias décadas un sobre coste por su conexión a una red de una potencia diferente a la del resto del estado. Además, desde agosto, el Ministerio de Industria, aplicó un nuevo incremento a la gran industria al aumentar los peajes de acceso a la red.

En declaraciones a Radio Euskadi, el director del departamento de Estudios de la patronal vasca Confebask, Eduardo Aretxaga, advierte de que sólo ese último decreto está suponiendo que, en conjunto, las empresas vascas paguen desde verano 150 millones de euros más en su factura eléctrica, habida cuenta de que  los nuevos peajes en vigor desde agosto suponen 'aumentos de entre un 15% y un 20% sobre el total de la factura eléctrica vasca, que asciende a los 800 millones de euros'.

Pero hay más. En enero hay previstas nuevas subidas: más de un 10% para los hogares, y al menos un 2 o 3% para las industrias. Este último incremento se debe al famoso 'déficit de tarifa' y a la batalla abierta entre ministerio de Industria y las cinco grandes compañías del sector, a las que el gobierno de Mariano Rajoy les ha suprimido por sorpresa y a última hora, 3.600 millones de ayudas públicas prometidas. Las compañías agitan el avispero para meter presión al gobierno de Mariano Rajoy, y anuncian su pretensión de trasladar buena parte de ese agujero a empresas y hogares a partir del uno de enero. La guerra de la luz amenaza con fundir los plomos de una economía todavía enchufada a un respirador automático.