Economía -

Juicio Hacienda de Irun

El jefe de Bravo, 'a cuadros' al saber que admitía pagos en metálico

Ha afirmado que él había emitido una nota informativa en la que pedía que los ingresos de deudas tributarias no se hicieran en efectivo.

José María Bravo en el juicio.
José María Bravo en el juicio.
José María Bravo en el juicio.

Redacción

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El exresponsable de la Unidad de Coordinación de Oficinas Tributarias de la Hacienda de Guipúzcoa, Juan Pardo San Gil, ha asegurado que se quedó "con los ojos a cuadros" al enterarse de que su subordinado, el jefe de la oficina de Irun, José María Bravo, había recibido cobros en metálico.

Así lo ha asegurado Pardo San Gil en el juicio que se sigue en la Audiencia de Gipuzkoa contra José María Bravo, su esposa, Rosa Cobos, y su socio Pedro Atristain, por el presunto fraude de la Hacienda de Irun.

Durante su extensa declaración, Juan Pardo San Gil ha explicado que no tuvo conocimiento hasta el año 2006 de que, a pesar de que él había emitido una nota informativa en la que pedía que los ingresos de deudas tributarias no se hicieran en efectivo, en la oficina de Irun se habían seguido admitiendo pagos en metálico.

Pardo San Gil ha aclarado que tuvo conocimiento de estas irregularidades en una reunión que mantuvo con el entonces diputado de Hacienda, Juan José Mujika, algo que le dejó "con los ojos a cuadros", porque él tenía a Bravo por "una persona cabal", de las que "mejor conocían el procedimiento" y que, por lo tanto, siempre pensó que "actuaba correctamente".

"No me cuadraba lo que me decía el diputado", ha recordado Pardo San Gil, quien decidió llamar a Bravo para pedirle explicaciones, aunque no consiguió reunirse con él, a pesar de haberle telefoneado en varias ocasiones, por lo que finalmente le pidió que fuera Bravo quien le llamara a él cuando pudiera, sin que nunca llegara a hacerlo.

Pardo ha explicado que él debía comprobar las datas por insolvencia pero confiaba en que "cada uno conocía su trabajo y lo hacía correctamente", por lo que "no se revisaban al cien por cien todos los expedientes, porque eran muchísimos". También ha indicado que en la Hacienda foral, "en un ambiente de confianza", los funcionarios daban "por correcto" lo que les mandase su superior, "lo normal" es que así lo hicieran, ha opinado.

Asimismo, ha indicado que "hay una especie de prohibición expresa" en la normativa al personal de recaudación para participar en subastas de bienes embargados por la Hacienda. "Es como el primer  mandamiento de la recaudación, como el catecismo", ha apuntado.

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