Internacional -
Secuestro de Cleveland
Ariel Castro, condenado a cadena perpetua sin libertad condicional
Ha alcanzado un pacto con la fiscalía para evitar la pena de muerte. "No soy un monstruo, soy un enfermo", ha argumentado Castro, tras pedir perdón a las víctimas y sus familias.
Redacción
Ariel Castro, quien se ha declarado culpable de violar, maltratar y secuestrar durante una década a tres mujeres de Cleveland (EE.UU.), ha sido condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, más otros 1.000 años de prisión.
Castro, de 53 años, ha recibido la condena a cadena perpetua por el cargo más grave al que se enfrentaba, el de homicidio agravado, por golpear a una de las mujeres durante el cautiverio hasta causarle un aborto. Por el resto de los casi 1.000 cargos, entre ellos cientos por violación, Castro ha recibido varias condenas consecutivas que suman los otros 1.000 años más en prisión.
La sentencia llega tras alcanzar un pacto con la fiscalía para evitar la pena de muerte. El pacto supondrá que pasará el resto de su vida en la cárcel y no tendrá posibilidad de solicitar su libertad condicional.
Ariel Castro secuestró a las tres mujeres (Michelle Knight, Amanda Berry y Georgina "Gina" DeJesus) en un periodo de dos años a partir de 2002. Con una de ellas, Berry, tuvo una hija que tiene actualmente seis años.
Las cuatro chicas fueron liberadas el pasado mes de mayo, después de que una de ellas pidiera ayuda a un vecino aprovechando una salida de su secuestrador.
Castro pide perdón
Antes de conocer la sentencia, Castro ha pedido perdón a sus víctimas y a su familia, y ha sostenido que él también es una víctima al hablar de los abusos sexuales que dice haber sufrido cuando era joven y de su adicción a la pornografía. "No soy un monstruo, soy un enfermo", ha argumentado.
Knight asegura que le puede perdonar, pero "nunca" olvidará
Knight ha hablado entre sollozos en la audiencia de este jueves, y declarado que Castro le "robó" 11 años de su vida, que le puede perdonar, pero "nunca" olvidará, y que merece pasar el resto de su vida en prisión.
"Lloré cada noche, los años se volvieron una eternidad", ha rememorado Knight al recordar que cuando fue secuestrada en 2002 tenía un hijo de apenas dos años que se quedó "muy solo".