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Referéndum en Escocia

¿Y ahora, qué? La nueva Escocia no independiente

El referéndum escocés cambia el equilibrio de poder en el Reino Unido y la relación entre las naciones que lo conforman.

El 'no' ha vencido con una ventaja de 10 puntos sobre el 'sí' en Escocia. EFE
El 'no' ha vencido con una ventaja de 10 puntos sobre el 'sí' en Escocia. EFE
El 'no' ha vencido con una ventaja de 10 puntos sobre el 'sí' en Escocia. EFE

David Pérez | eitb.eus

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¿Los escoceses han optado por permanecer en el Reino Unido en un referéndum histórico pactado hace dos años con el Gobierno de Londres.

Aunque teóricamente los residentes en Escocia podían decantarse por el 'sí' o el 'no' a la independencia, lo que realmente han tenido en sus manos era la opción de optar entre independencia o más autonomía, debido a que los principales líderes británicos (el conservador David Cameron, el laborista Ed Miliband y el liberal Nick Clegg) prometieron en vísperas del referéndum otorgar más poderes a Escocia en el caso de que ganase el 'no'.

El statu quo, es decir, seguir como hasta ahora, no estaba contemplada, por lo que pese a la derrota independentista se abre un nuevo escenario no solo para las relaciones entre Escocia y el Reino Unido, sino también para el modelo de Estado de uno de los países más influyentes de la comunidad internacional.

El primer ministro británico, David Cameron, se ha apresurado hoy a confirmar que cumplirá su promesa de otorgar más poderes a Escocia. Y una sorpresa: ha adelantado que hará lo mismo con Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, las otras naciones que conforman el Reino Unido. Así, la consecuencia del referéndum es clara: el Reino Unido avanza hacia un modelo federal más descentralizado. El equilibrio de poder ya nunca será igual.

Paradójicamente, el ministro principal de Escocia e impulsor del referéndum, Alex Salmond, a quien todos los diarios británicos muestran hoy en portada languidecido y cabizbajo, no se irá con las manos vacías, al haber conseguido más poderes para Escocia, su objetivo cuando hace dos años negoció la consulta con el Gobierno británico.

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Partidarios del 'no' celebran el resultado del referéndum. EFE

Inicio inminente de las negociaciones

La prioridad de Londres ahora es acelerar el proceso de transferencias para demostrar la seriedad de los compromisos establecidos por los tres principales líderes políticos, con la intervención del ex primer ministro Gordon Brown.

El objetivo es evitar una profundización de las divisiones como las que se registraron en la década de los 80 en el plebiscito de Quebec (Norteamérica), donde el triunfalismo de los unionistas exacerbó la causa independentista, que derivó en un segundo referéndum en 1995, si bien en este caso Cameron ha advertido de que el debate "está resuelto para una generación". Salmond también adelantó en la campaña que no luchará por otro referéndum.

Las concesiones ofrecidas por el arco parlamentario de Westminster permitirían aumentar la capacidad de recaudación del IRPF y otros impuestos como la tasa sobre los pasajeros de avión, o la existente sobre ganancias de capital.

Asimismo, Londres estaría dispuesto a traspasar la gestión de las prestaciones para vivienda, de la política de integración laboral y de las actuaciones en materia de Bienestar.

Sin embargo, demandas como el control del petróleo continuaría en Londres, como pensiones, Defensa o Exteriores.

Escocia posee en estos momentos competencias en materias de educación, sanidad, medio ambiente, vivienda y cultura. Se trata de una autonomía amplia, pero con muy poca capacidad fiscal. Por eso, en el fondo es una autonomía menor que la de Euskadi.

Las nuevas transferencias permitirían a Escocia, por ejemplo, mantener la gratuidad de la enseñanza universitaria e impedir la privatización de la sanidad, temas muy sensibles para los escoces.

Plazos

Para dar validez a su propuesta, las comisiones negociadoras trazarán un Libro Blanco para noviembre, mientras que las leyes oportunas serían aprobadas a finales de enero en la Cámara de los Comunes.

Lo más inmediato será sin embargo que el ministro de Exteriores, William Hague, convoque un grupo de trabajo dentro del Gobierno. El empresario Robert Smith (Lord Smith of Kelvin) supervisará buena parte del proceso de transferencia de poderes.

El objetivo es garantizar el compromiso de los tres principales partidos del Reino Unido antes de las generales, previstas para 2015.

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