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ALBANIA
Demolido el restaurante del albanés que atacó a unos turistas españoles
El conflicto empezó cuando los españoles anularon dos de los siete platos que habían pedido, lo que provocó la furia del propietario que se lanzó encima del capó del coche.
agencias | redacción
Euskaraz irakurri: Espainiako turista batzuei eraso egin zien albaniarraren jatetxea eraitsi dute
La agresión a un matrimonio de turistas españoles le ha costado al dueño de un restaurante en Albania, además de la cárcel, perder el establecimiento que llevaba operando sin permiso desde hace años y que este miércoles está siendo demolido.
Se trata del restaurante "Panorma", de Mihal Kokëdhima, quien la semana pasada agredió a la familia del conocido empresario español y fundador de la compañía ONO, Eugenio Galdón.
El conflicto empezó cuando los españoles anularon dos de los siete platos que habían pedido, lo que provocó la furia de Kokëdhima, de 51 años, quien salió corriendo de su local y se lanzó encima del capó del coche que el matrimonio había alquilado.
El vídeo, tomado por la propia familia, muestra a Kokëdhima fuera de sí, gritando y golpeando sin parar el parabrisas hasta romperlo, mientras el coche, conducido por un chófer albanés, está en ruta.
Con las manos ensangrentadas el hostelero ignora los gritos del conductor y del guía y continúa encaramado al parabrisas durante casi diez minutos, hasta que por fin consiguen que se baje.
Tras el incidente, Kokëdhima fue detenido, bajo la acusación de intimidación, daño intencionado y destrucción de propiedad.
La demolición, que se está practicando por orden de la Agencia Nacional de la Protección del Territorio (IKMT), comenzó esta mañana en medio de un fuerte dispositivo policial y se espera que concluya hoy mismo.
La familia Kokëdhima no ha prestado resistencia y por ahora no se han registrado incidentes.
El restaurante, con una superficie de unos 2.000 metros cuadrados, operaba sin permiso y al mismo tiempo explotaba económicamente parte de la playa, añadió el comunicado, en referencia a las hamacas que había colocado Kokëdhima y por las que cobraba a pesar de no tener licencia.
El establecimiento era el único construido en la bahía de Porto Palermo, una de las zonas más bonitas de la costa del mar Jónico del país.