Un catalán, ¿primer ministro de Francia?

El diputado socialista de origen catalán Manuel Valls es el favorito de los franceses para la jefatura del primer Gobierno del presidente electo de Francia, François Hollande, un reconocimiento a un representante del ala más centrista del partido.

Aunque los diarios y los analistas políticos sitúan a la líder del Partido Socialista (PS), Martine Aubry, y al presidente del grupo parlamentario, Jean-Marc Ayrault, como favoritos para el cargo de primer ministro, un sondeo publicado hoy por el diario Le Parisien indica que los franceses prefieren a Valls.

Muy sensible a los temas de seguridad, su nombre suena también para ocupar la cartera de Interior.

Alcalde del municipio de Evry, ciudad de las afueras de París, desde 2001 y diputado desde 2002, Valls ha ido escalando puestos en el PS. Nacido en Barcelona el 13 de agosto de 1962, hijo del pintor catalán Xavier Valls y de la italiana Luisangela Galfetti, Valls se instaló en Francia y a los 17 años ya se había afiliado al PS, aunque no obtendría la nacionalidad hasta los 20.

Como no era francés, Valls no pudo votar en las presidenciales de 1981, cuando la izquierda logró su primera victoria de la mano de François Mitterrand.

En el partido se situó en la corriente defendida por Michel Rocard, que frente al izquierdismo de Mitterrand proponía una vía más moderada.

Dirigente estudiantil durante su paso por la Facultad de Historia, Valls entró en el Gobierno de Rocard con solo 26 años, en 1988, cuando fue el encargado del gabinete del primer ministro para las relaciones con el Parlamento.

Tuvo que esperar a 2002 para entrar en la Asamblea y, en esa etapa se reveló como uno de los valores en alza del partido, gracias a su buena gestión en Evry, una ciudad obrera con muchos problemas de seguridad.

Muy crítico con la línea oficial del partido, Valls se define como un "socio-liberal a la francesa".

En 2011, se presentó a las primarias del PS para elegir al candidato a las presidenciales del año siguiente y acabó penúltimo de los seis postulantes.

Pero el ganador Hollande, en su afán por agrupar a todas las familias del partido, le incluyó en la campaña como portavoz de la misma, trampolín que le puede servir para llegar al Gobierno.