Sociedad -
DÍA CONTRA LA LGTBIFOBIA
Iker Ibarretxe: "Me da vergüenza, pero el pueblo tiene que saber lo ocurrido. No voy a agachar la cabeza"
El zornotzarra Iker Ibarretxe ha denunciado haber sido agredido por pertenecer al colectivo LGTBIQ+. La agresión ocurrió en un ambiente festivo, y tiene varias costillas rotas. "Tengo miedo a salir a la calle, pero me siento fuerte y voy a ir hasta el final".
EITB MEDIA
Euskaraz irakurri: Iker Ibarretxe: “Lotsa ematen dit mikroak, baina herriak jakin behar du gertatu dena. Ez dut burua makurtuko”
El zornotzarra Iker Ibarretxe fue agredido en un ambiente festivo tras una comida amistosa. Comió en una sidrería de Hernani con una docena de amigos y conocidos, después de comer pararon en Zarautz y la fiesta siguió en Amorebieta-Etxano. "El ambiente era estupendo", ha explicado en una entrevista concedida al programa "Faktoria" de Euskadi Irratia, "pero de repente uno de los que comió con nosotros me empezó a insultar".
"Vi fuego, odio, en sus ojos" ha relatado, "y aunque me alejé con un amigo, vino con un grupo de personas a golpearme". Tiene moratones y costillas rotas. "Apenas recuerdo el ataque, se me desactivó el cerebro", ha detallado, "pero recuerdo perfectamente lo que sucedió después". Interpuso una denuncia en la comisaría, y no se dio cuenta de la gravedad de sus heridas hasta que le hicieron el parte médico: "Menos mal que ocurrió en el centro del pueblo porque no se si lo hubiera contado si fuese más lejos".
"Es gente del pueblo"
En respuesta a las preguntas del periodista de Euskadi Irratia, Iñaki Guridi, ha relatado que los agresores son vecinos del pueblo: "Éste es un pueblo pequeño, igual no sabemos los nombres de todos, pero sí de qué familia son". Aunque tiene claro que estas personas no representan a la sociedad, cree que existe una falta de educación en torno a la LGTBIfobia.
Iker Ibarretxe dice sentir "vergüenza" porque es doloroso "ser protagonista", también para su madre. Ha admitido que siente miedo de salir a la calle y que lo hará poco a poco. "Cuando estoy con mis amigos estoy tranquilo, pero cuando estoy solo siento miedo, esos sinvergüenzas están en la calle y no se puede saber si quieren acabar lo empezado", ha añadido.
"Me siento fuerte y voy a ir hasta el final"
Sus costillas rotas se curarán en unas tres semanas, pero otras heridas necesitarán más tiempo para cicatrizar. "Será lento, pero me siento fuerte, he recibido muchísima ayuda, y voy a ir hasta el final. Además, siente que tiene una responsabilidad sobre sus espaldas: "Los micrófonos me dan vergüenza, pero el pueblo tiene que saber lo que ha ocurrido. Agachar la cabeza no es una opción".