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Eutanasia

La situación legal de la eutanasia en el mundo

La eutanasia activa es legal únicamente en seis estados, pero el debate sobre provocar la muerte a un paciente en estado terminal está presente en todo el mundo.

La eutanasia activa es legal en siete estados del mundo / Imagen: EiTB.
La eutanasia activa es legal en siete países del mundo.
La eutanasia activa es legal en siete estados del mundo / Imagen: EiTB.

Agencias | Redacción

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Euskaraz irakurri: Eutanasiaren egoera legala munduan

El caso del suicidio asistido de María José Carrasco, enferma terminal, con la ayuda de su marido, Ángel Hernández, pone el foco en las diferentes legislaciones sobre la eutanasia en todo el mundo.

Pueden establecerse cuatro tipos de eutanasia. La eutanasia activa consiste en provocar la muerte al paciente que la solicite mediante drogas u otros métodos letales. Está penalizada en la mayoría de estados, pero es legal en los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia y el estado de Victoria, en Australia.

El suicidio asistido es una fórmula similar a la activa. Consiste en que el médico facilite las drogas, pero en este caso, tiene que ser el propio paciente quien las ingiere. Este método es legal en Suiza, y está permitido o no penalizado en Alemania, Albania y siete estados de Estados Unidos.

La eutanasia pasiva es la eliminación de los medios destinados a prolongar la vida del paciente irrecuperable, y la indirecta consiste en administrar calmantes con la intención principal de aliviar los dolores, a pesar de que anticipe la muerte.

Eutanasia en el mundo.

Infografía: EFE.

La situación legal en el País Vasco

En el Estado español, según el Artículo 143 del Código Penal, "el que induzca al suicidio de otro será castigado con la pena de prisión de cuatro a ocho años", una condena que se reduce en caso de que este acto se realice "por la petición expresa, seria e inequívoca de éste" en el caso de enfermedad grave.

En la Comunidad Autónoma Vasca, en julio de 2018, el Parlamento vasco aprobó una ley que regula la limitación del esfuerzo terapéutico y la sedación, y establece que el paciente tiene derecho a decidir libremente entre las opciones clínicas disponibles y que el profesional sanitario está obligado a respetar las decisiones adoptadas por la persona en situación de agonía.

En la Comunidad Foral de Navarra, desde 2003 existe la posibilidad de registrar un testamento vital, en el que se recogen los cuidados que una persona desea recibir para evitar el sufrimiento o alargar la agonía. En 2015, el Parlamento foral instó al Gobierno de España a modificar el Código Penal para que despenalice la eutanasia y el suicidio asistido.

Diversas legislaciones en la Unión Europea

Países Bajos legalizó la eutanasia en 2002, pero solo se puede aplicar a un paciente si este ha dado su autorización expresa y por escrito, en total uso de sus facultades, y haya mostrado su deseo de morir debido a "un sufrimiento insoportable y sin esperanza".

En todos los casos, la inyección letal debe ser aprobada, supervisada y aplicada por un médico. Algunas de las polémicas que se han dado en el país en las últimas décadas han sido en casos de enfermedades mentales, en las que ha sido difícil demostrar que el caso es irreversible o en las que el paciente ha mostrado su deseo de morir de forma verbal.

La vecina Bélgica se dotó en 2002 de una ley que despenalizaba la eutanasia en ciertas situaciones. A petición de un paciente, un médico puede practicarla si se reúnen las condiciones fijadas por la ley. La solicitud debe hacerla un paciente "capaz y consciente" o tomar la forma de "declaración anticipada" si el paciente se encuentra en estado inconsciente irreversible. En ambos casos, solo el paciente concernido puede solicitar la eutanasia, que sigue siendo castigada si no la realiza un médico o si éste no respeta las condiciones y procedimientos legales.

La eutanasia pasiva, por omisión o suspensión de atención médica, se permite en Alemania siempre que corresponda a la voluntad declarada o presunta del paciente, para lo cual se puede consultar el testamento vital.

En la mayor parte de los países europeos la eutanasia activa es ilegal. En el Reino Unido está penada con hasta 14 años de cárcel. En Italia hay penas de entre uno y doce años a "quien determine el suicidio o alimente el propósito de suicidio de otra persona".

En la República de Irlanda, la eutanasia está prohibida y puede conllevar cargos de homicidio o asesinato, por lo que puede estar penada con la cadena perpetua. En Alemania la eutanasia activa, a petición de la persona, está penada con entre seis meses y cinco años de cárcel.

En ningún país nórdico están legalizados la eutanasia activa ni el suicidio asistido, y los códigos penales de los distintos países establecen penas que, por ejemplo, en Dinamarca pueden alcanzar los tres años de prisión.

El caso suizo

Suiza es destino recurrente para quienes tienen intención de poner fin a su vida, con presencia de numerosos extranjeros que superan la ilegalidad de esas prácticas en sus propios países.

El Código Penal suizo prohíbe expresamente la incitación o asistencia al suicidio, pero solo si hay "motivos egoístas" de por medio, lo que deja abierta la puerta a ciertas formas de eutanasia y permite, por ejemplo, la existencia de organizaciones que administran medicamentos letales desde los años 80.

Estas organizaciones no pueden tener ánimo de lucro, y si bien pueden prescribir estos medicamentos, ello está condicionado a que el receptor juegue un papel activo a la hora de administrárselos, lo que sobre el papel legaliza cierta eutanasia "pasiva" pero no la activa.

Testamento vital

Se trata de un documento en el que cualquier persona mayor de edad puede dejar establecida por escrito su voluntad sobre cuidados y tratamiento de su salud para cuando se den circunstancias en las que no pueda expresarla personalmente.

Varios países han legislado al respecto. Uno de ellos es Austria, donde el testamento vital permite determinar el tratamiento como paciente en caso de una enfermedad terminal o un accidente grave, y, llegado el caso, si las medidas de prolongación artificial de la vida deben suspenderse. Si no existe un testamento vital la decisión sobre las medidas de soporte vital para los enfermos terminales es responsabilidad de los familiares.

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