Sociedad -

ESTUDIO SOBRE LA PRIMERA OLA

1925 contagios y 352 fallecimientos en las residencias de Bizkaia en la primera ola

La Diputación de Bizkaia ha presentado un informe técnico sobre la incidencia del COVID-19 en los centros de mayores desde marzo hasta el 30 de junio.

Una persona usuaria de una residencia de mayores. Foto de archivo: EFE
Una persona usuaria de una residencia de mayores.
Una persona usuaria de una residencia de mayores. Foto de archivo: EFE

AGENCIAS | REDACCIÓN

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Euskaraz irakurri: 1.925 kutsatu eta 352 hildako Bizkaiko adinekoen egoitzetan lehen olatuan

Un total de 1925 usuarios de las residencias de Bizkaia padecieron COVID-19 en la primera ola de la pandemia, el 22,3 % de los residentes. Además, fallecieron 352 personas con positivo confirmado o sospecha de estar infectados, el 18 % de los afectados, según los datos hechos públicos este jueves por el diputado de Acción Social, Sergio Murillo, en las Juntas Generales de Bizkaia.

Murillo ha comparecido, a petición propia, ante la Comisión de Acción Social para detallar el informe elaborado por técnicos del Departamento sobre el impacto de la COVID-19 en centros residenciales durante la primera ola de la pandemia, cuya solicitud se aprobó el pasado mes de julio por unanimidad.

Según ha explicado, el informe, entregado este pasado lunes y que será remitido ahora al grupo de expertos 'Bay of Biscay, Bay of Care', al Gobierno Vasco y a los grupos junteros, analiza la situación desde marzo hasta el 30 de junio en el conjunto de residencias autorizadas en Bizkaia, con independencia de su titularidad, a excepción de Birjinetxe, que acoge la unidad especializada sociosanitaria para casos de coronavirus.

En función de este estudio, durante la primera ola de la pandemia, el 56,5 % de los centros tuvo algún positivo, con un total de 1925 afectados. Este dato supone el 22,3 % de residentes que, en palabras del diputado, constituye "una incidencia importante, mucho más que en la comunidad", puesto que las residencias son "espacios propicios" para el contagio al ser "cerrados, con muchas interacciones y contactos estrechos".

El 33,11 % de los centros sufrió el fallecimiento de alguno de sus residentes, con un total de 308 muertes de personas con positivo confirmado y otras 44 con sospecha en un periodo en que "no se hacían tantas PRC" como ahora, ha recordado Murillo. De este modo, la tasa de fallecimiento se eleva al 16 % de afectados teniendo en cuenta a los positivos por COVID y al 18,3 % si se añaden las personas con sospecha de padecerla.

Tras remarcar que "una persona fallecida habría sido muchas" y no está "satisfecho" con los datos, el diputado ha incidido en que el índice de fallecimientos es "igual" a la media de la CAV entre los mayores de 60 años y es inferior a la media del 27 % entre los mayores de 80 años (la media de edad en residencias de Bizkaia es de 83,93 años).

Residencias con entre 15 y 25 plazas, menos afección

El estudio analiza la relación entre la cifra de afectados y fallecidos con distintas variables y señala que no se puede concluir una correlación estadística con la titularidad de los centros, ni con la ubicación del centro en un área urbana o aislada, ni con el tamaño del centro, aunque en este último caso sí se indica que las residencias con entre 15 y 25 plazas han tenido menos afectación.

Por contra, la comparación por áreas de servicios sociales  arroja "una relación directa", de manera que "cuantas más plazas ocupadas hay, más afectación hay". En relación a los ratios de atención directa, se determina que "no existe correlación directa estadísticamente significativa" con las personas fallecidas, ha precisado Murillo.

Por otro lado, el informe advierte de que, hasta el 7 de abril, "se evidenciaron dificultades" para la provisión de equipos de protección individual, según ha matizado el diputado, "de forma generalizada en Bizkaia, en la CAV y en general en Europa". A partir del 18 abril, se detecta que "la situación mejora" y los centros cuentan con material "suficiente".

Apuesta por el trabajo en unidades más reducidas

En sus conclusiones, según ha indicado Murillo, el estudio apuesta por el trabajo en unidades más reducidas, más formación, coordinación sociosanitaria y trabajo en red público-privada y entre residencias.

De este modo, se señala que una estructura en módulos de convivencia con un máximo de 25 personas permite atención personalizada y "mayor efectividad" en la prevención. También se incide en que la formación del personal es "un elemento clave".

 

  

 

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