Macrobiótica
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Alimentos extremos, emociones extremas
Vivir para Ver
Nerea Zorokiain del Centro Nishime de Pamplona destaca la relación entre la alimentación y las emociones que sentimos. La receta de la semana es para hacer una crema de mijo con brócoli escaldado.
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Crema de mijo con brócoli escaldado
15:56 min
En este día 14 de febrero hemos elegido conversar sobre nuestras emociones, el equilibrio y su relación con la alimentación que tenemos,
Cuando nuestras emociones están en desequilibrio pueden ser alteradas todas las funciones tanto físicas como mentales. A veces no es fácil identificar que emociones son las que nos pesan y nos bloquean, ya que están en nuestro interior desde hace mucho tiempo. Tanto, que hemos aceptado vivir de esa manera, a pesar de sentirnos incómodos, molestos, enfadados, bloqueados, tristes.. Y esto afecta a nuestro organismo de forma global.
Nerea Zorokiain nos ayuda a comprender que la alimentación puede mejorar nuestro estado de ánimo, puede ayudarnos en este proceso, pero para ello tenemso que desprendernos de alimentos extremos a los que solemos tener un apego especial, porque son los más habituales en las dietas contemporáneas. Así es como conseguiremos que nuestro organismo comience a depurarse y con él ,nos vamos desprendiendo de emociones que teníamos bloqueadas en nuestro interior.
Cuando eliminamos alimentos extremos, que no nutren, pero si alimentan nuestros bloqueos, nos vamos depurando, y poco a poco… lo que somos, va mostrándose.
Primero de forma tímida, después va cogiendo fuerza hasta ser capaces de agarrar las riendas de nuestras vidas, y ser los directores de nuestra orquesta vital. Con coraje, aplomo, dirección y fuerza. Los alimentos extremos sacian nuestro hambre emocional por un momento,para después volver a pedir más porque el hambre emocional no se sacia en el desequilibrio. Pongamos un ejemplo: Después de un día con mucha actividad , llegas a casa, a tu espacio de protección y calma. Y con ese relajo apetecen ganas de algo dulce.. chocolate! Comienzas a comer y quieres un poquito más, un poquito más. Sabes que no es lo más adecuado, pero no lo puedes evitar.
¿Por qué sucede esto? El azúcar tiene una energía extrema yin. El efecto que nos produce es relajación, nos baja las revoluciones. Después de un día de mucho movimiento es justo lo que necesitamos..¿Como podemos sustituir este apego? Déjate preparada previamente una cremita de calabaza y cebolla hecha despacio, para que saque todo el dulzor. Así cuando llegas a casa, la tienes lista para comer.ç
Una buena opción podría ser una crema de mijo con brócoli escaldado, la receta de la semana que encontrarás en el audio que acompaña la noticia.