Internacional -
Ante las rebeliones populares
Dirigentes árabes acometen reformas para permanecer en el poder
Los últimos en responder a las peticiones de renovación en sus Cartas Magnas han sido el rey Mohamed VI de Marruecos y el presidente yemení Alí Abdula Saleh.
Redacción
Muchos dirigentes árabes se han apresurado a acometer reformas políticas con promesas de cambios constitucionales, como garantía de suerte para salir de una dificultad ante las rebeliones populares que jalonan la primavera árabe.
Los últimos en responder a las peticiones de renovación en sus Cartas Magnas han sido el rey Mohamed VI de Marruecos y el presidente yemení Alí Abdula Saleh.
Esa garantía de suerte la perdieron este año el expresidente egipcio Hosni Mubarak y el tunecino Zine el Abidine ben Alí, incapaces de superar las protestas de sus poblaciones que no se dejaron seducir por promesas tardías de cambios.
Éxito de las revueltas en Túnez y Egipto
En Túnez, tanto el nuevo presidente interino, Fuad Mebaza, como su octogenario primer ministro, Beyi Said Essebsi, tienen ante sí la tarea de asumir transiciones que satisfagan las aspiraciones de sus ciudadanos con comicios transparentes.
En Egipto, el nuevo primer ministro interino, Esam Sharaf, no ha dado ninguna fecha oficial para las elecciones, mientras que hay un debate entre los políticos sobre si es mejor que se celebren primero las presidenciales o las legislativas, para dar más tiempo a los partidos para que las preparen.
Reformas, elecciones y destituciones
En Marruecos, el rey Mohamed VI en un discurso histórico en el que ha apareció flanqueado por su hijo, Mulay Hasan, y por su hermano, Mulay Rachid, anunció anoche un cambio en la Constitución, según la cual el primer ministro será el presentado por el partido político que haya obtenido los mejores resultados en las elecciones, en vez de seguir con la prerrogativa real de designarlo él mismo.
En Yemen el presidente, Alí Abdalá Saleh, ha anunciado hoy que antes de fin de año promoverá cambios en la Constitución para reafirmar la separación de poderes. Conforme a esta promesa, el jefe del Estado será elegido por mayoría en el Parlamento, no por el voto directo, como fija el sistema actual.
En Jordania, las protestas empujaron al rey Abdalá II a deponer al primer ministro Samir Rifai y sustituirlo por Maaruf Bajit, al frente del nuevo gabinete al que el monarca pidió "reformas políticas reales y rápidas".
En Argelia, el presidente, Abdelaziz Buteflika, tiene previsto convocar elecciones legislativas anticipadas, posiblemente en junio o septiembre, de las que saldrá una Asamblea Constituyente y a las que seguirán unos comicios presidenciales, según el diario argelino Le Jeune Independant.
En Arabia Saudí, el primer exportador mundial de petróleo, para impermeabilizar al país de cualquier contagio exterior, el ministro de Asuntos Exteriores, Saud al Faisal, amenazó con "cortar el dedo" de quien se entrometa en los asuntos del país.